Luis Gómez Cerda
División: Chuquicamata
Edad al ser detenido: 33 años
Cargo: Supervisor en la planta termoeléctrica de Tocopilla
Dicen que Luis Gómez Cerda tenía una voz envidiable, por sus dotes para el canto y por ese tono de líder que, sumado a unos ojos verdes, grandes y profundos, lo convertían en la opción obvia a la hora de elegir a un maestro de ceremonias de cualquier evento.
Penúltimo de cinco hermanos, nació y creció en San Antonio, puerto en el que años después conocería a su esposa, con la que compartía en el coro sinfónico y con el que viajaron por Chile para participar en distintos festivales. ¡Y cómo bailaba cueca! Sus movimientos eran tan espectaculares que, el día de su matrimonio, decidieron cambiar el tradicional vals por un zapateo pícaro. “¡Bueno, por algo yo nací el 18 de septiembre!”, dice su hija Alejandra.
Era tan apasionado por el deporte, que practicaba fútbol, atletismo, ciclismo y natación, ímpetu físico y aventurero que lo llevó a enrolarse en la Tercera Compañía de Bomberos de San Antonio.
Tuvo dos hijas, a quienes traspasó el amor y respeto por la figura materna. Él siempre se hizo cargo de su mamá, ante un padre que se alejó tempranamente de sus vidas. Cuentan que de ella heredó una forma de ser cariñosa y acogedora, palpable en sus múltiples actividades en beneficio de la comunidad que lo rodeaba.
Esa veta social la mostró en Codelco. Primero se desempeñó en El Salvador como oficinista, en 1971. Luego fue trasladado a la División Chuquicamata, donde destacó por organizar y participar en operativos médicos para poblados lejanos y de difícil acceso.
El 13 de septiembre de 1973, Luis, supervisor en la planta termoeléctrica de Tocopilla, dirigente sindical y militante socialista de 33 años, fue detenido por Carabineros en la Casa de Huéspedes de Codelco donde vivía con su familia. Esa noche su esposa Gladys y su hija Alejandra, de entonces casi 3 años, además de la directora del recinto habitacional en Tocopilla y un médico del Hospital de Chuquicamata vieron cuando lo trasladaron en una camioneta particular hasta la comisaría. Después de dos días de incomunicación, el 15 de septiembre se le informó a su señora que había quedado en libertad la noche anterior, en pleno toque de queda.
Nunca más volvieron a saber de él. La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación se formó la convicción de que su desaparición fue forzada y que los responsables fueron agentes del Estado.
Actualmente, la búsqueda de Luis continúa en Tocopilla, donde se han solicitado diligencias en el contexto de un trabajo conjunto de su hija, familiares de otras víctimas, el Programa de DD.HH. del Ministerio de Justicia, y el ministro en visita encargado de su causa.
Información en base al testimonio de su hija, Alejandra Gómez.