Benito Tapia Tapia
División: Salvador
Edad al ser detenido: 32 años
Cargo: Empleado minero y dirigente sindical
Benito Tapia Tapia partió trabajando desde muy joven como obrero. Siempre en torno al mineral de CobreSal, hoy la División Salvador de Codelco. Su hija Jessica Tapia cuenta que a la par de su trayectoria laboral sintonizó con el mundo sindical, al que dedicó parte importante de su vida. Como dirigente aún es recordado en el centro de trabajo, donde el Sindicato N°6 lleva su nombre.
Jessica dice que guarda pocos recuerdos suyos como papá, principalmente porque sólo tenía siete años cuando desapareció de su vida. Sí mantiene vivas las imágenes de una persona alegre y generosa, en lo que coinciden todos quienes le hablan sobre él. “Era muy comprometido y siempre estaba pensando en el otro”, complementa.
Benito era un acérrimo hincha de la Unión Española y le gustaba tocar la guitarra. Jessica guarda como su mayor tesoro una que él mismo fabricó. “Es un poco precaria, pero suena y cumple muy bien su función”, describe.
Al momento de su detención, el 17 de septiembre de 1973, Benito Tapia Tapia tenía 32 años y era dirigente nacional de la Confederación de Trabajadores del Cobre y miembro del Comité Central de las Juventudes Comunistas. Primero estuvo en la cárcel de Copiapó y, luego, fue trasladado al regimiento de esa ciudad.
La Comisión Nacional para la Verdad y Reconciliación describe que fue ejecutado el 18 de octubre de 1973 junto a Ricardo García, gerente general de Salvador, y Maguindo Castillo, empleado del yacimiento. En los tres casos, las viudas fueron informadas de la ejecución y del lugar en el que supuestamente fueron enterrados, pero sus cuerpos nunca aparecieron, por lo que hasta hoy son víctimas de desaparición forzosa por parte de agentes del Estado.
En el relato de aquellos días, Jessica recuerda que su casa fue allanada el día previo. “Como niños teníamos mucho miedo. Nos sacaron y nos dejaron a la vuelta de la esquina. Registraron todo y se llevaron muchos papeles”. Agrega que María, su mamá, cuidó que sus hijos no se enteraran del Golpe ni de la detención de Benito. “Percibía algo extraño, porque mi papá no estaba y mi mamá salía mucho, pero seguí yendo al colegio, donde una de mis compañeras me contó que lo habían matado. En ese momento, tuvo sentido lo que pasaba. Luego lo hablé con mi mamá y sentí mucho terror”.
En su memoria, perduran recuerdos imborrables de su trayectoria sindical y como dirigente comunista: “Lo más destacable fue su lucha y aporte a la causa obrera de los mineros y la nacionalización del cobre que culminó en julio de 1971”, destaca.
Las muertes de Benito Tapia, Ricardo García y Maguindo Castillo integran la causa rotulada “Caso Caravana episodio Copiapó”, cuya sentencia final en la Corte Suprema fue dictada en 2017 y condenó a seis exoficiales en retiro.