Historia
 

El cobre ha sido uno de los pilares de nuestro desarrollo económico y cultural, aun desde antes de nuestra existencia como nación. Los pueblos originarios de la zona andina, entre otros los incas y tiahuanacos, aymaras y atacameños (pueblos chukos, de donde deriva Chuquicamata), incorporaron este metal en la fabricación de herramientas, utensilios, incluso mediante su aleación con otros metales y como medio de intercambio con otros pueblos vecinos, como también en sus diversas expresiones artísticas u ornamentales, formando parte del universo material y simbólico de estas culturas.

La incipiente metalurgia del cobre desarrollada en los inicios de nuestra historia precolombina tuvo gran influencia cultural y económica sobre el Cono Sur, logrando un difundido uso del cobre y sus aleaciones. Hallazgos arqueológicos son fiel testimonio de la influencia de este metal en aquellos tiempos.

A la llegada de los españoles, el cobre tenía una gran presencia en la vida de los pueblos originarios americanos. Los europeos, más interesados en el oro, en general ignoraron el metal rojo. Aun así, en Chile se mantuvo una pequeña industria cuprífera durante la época colonial. En 1810, año de la independencia de nuestro país, se produjeron 19 mil toneladas de cobre. Entre 1820 y 1900 se contabilizaron 2 millones de toneladas. Sin embargo, a fines del siglo XIX, el auge del salitre mantuvo la atención de la industria extractiva, lo que desvió la atención de los inversionistas. En el año 1897, Chile produjo solamente 21 mil toneladas de cobre.

Iniciado el siglo XX, llegaron capitales norteamericanos que invirtieron fuertemente para dar inicio a la explotación de los yacimientos de cobre así surgió la Gran Minería del Cobre en Chile.

En 1904 se emprendió el desarrollo y posterior explotación del mineral El Teniente, a cargo de la compañía estadounidense Braden Copper Company, posteriormente subsidiaria de la Kennecott Copper Corporation. En 1910, la Chile Exploration Company comenzó las faenas industriales en Chuquicamata.

En la década del veinte, la Andes Copper Mining activó las operaciones en la mina de Potrerillos y más adelante continuó con la explotación del yacimiento Indio Muerto, en el mineral El Salvador.

En 1923, la Chile Exploration Company fue adquirida por la empresa Anaconda Copper Company, que también controlaba a la Andes Copper, con lo cual los minerales de Chuquicamata y Potrerillos (hoy Mina Vieja) además de La Africana (en Pudahuel) quedaron bajo la misma administración. En 1955, la Cerro Corporation inició los estudios que derivaron en la construcción y explotación de la mina Río Blanco, inaugurada en 1970 (actualmente División Andina).

En el entorno de estos yacimientos se construyeron importantes centros de desarrollo, llamados campamentos mineros, como Sewell –declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2006 –, Coya, Chuquicamata, Potrerillos, Mina Vieja, Llanta y la actual ciudad de El Salvador.

El Estado chileno recibía escasos ingresos provenientes de la minería del cobre, hasta que en el año 1951 se firmó el Convenio de Washington, que permitió a Chile disponer del 20% de la producción de cobre y, por tanto, incrementar sus ganancias.

Fruto del trabajo legislativo en torno a la industria del metal rojo, en 1955 se dictaron varias leyes con el propósito de garantizar un ingreso mínimo al Estado chileno, como también para fomentar el desarrollo de la industria minera y la inversión de capitales en el sector. El 5 de mayo de ese mismo año fue creado el Departamento del Cobre, orientado a la fiscalización de la industria minera nacional y la participación en los mercados internacionales del metal rojo.

Chilenización

En 1966, en el marco de la chilenización del cobre, se dictó la Ley 16.425 creando las sociedades mineras mixtas entre el Estado de Chile y las compañías mineras extranjeras que explotaban los yacimientos de la denominada Gran Minería del Cobre. La legislación establecía un mínimo de participación estatal del 25%.

En 1967, El Teniente, Chuquicamata y Salvador se convirtieron en sociedades mixtas en las que el Estado adquirió el 51% de la propiedad; en tanto, en los casos de Exótica y Andina, el Estado adquirió un 25%.

Nacionalización

En 1971 el Congreso Nacional, por unanimidad, por Ley 17.450, modificó el artículo 10 número 10, de la Constitución Política del Estado y se introdujo la posibilidad de nacionalizar la Gran Minería del Cobre, lo que así ocurrió a través de una de sus disposiciones transitorias. Textualmente se dispuso: “por exigirlo el interés nacional y en ejercicio del derecho soberano e inalienable del Estado de disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, nacionalízanse y decláranse por tanto, incorporadas al pleno y exclusivo dominio de la Nación, las empresas que constituyen la Gran Minería del Cobre”.

De este modo, la Gran Minería se traspasó completamente a propiedad del Estado chileno. Para su administración se crearon sociedades colectivas estatales que tenían como socios a la Corporación del Cobre, institución heredera del Departamento del Cobre (95%) y a la Empresa Nacional de Minería (5%). La administración de las sociedades estaba a cargo de la Corporación del Cobre.

Codelco

El 1 de abril de 1976 se creó la Corporación Nacional del Cobre, Codelco Chile. Por medio del Decreto Ley 1.350, Codelco asumió la administración de los yacimientos mineros nacionalizados, en reemplazo de las Sociedades Colectivas del Estado que se habían creado para tal propósito. Así fue como los yacimientos mineros de Chuquicamata, Exótica, El Teniente, Salvador y Andina se agruparon en una sola empresa minera, comercial e industrial, de duración indefinida con personalidad jurídica y patrimonio propio.

A partir del año 1982, la Casa Matriz de Codelco Chile se instaló en el ex edificio de la Caja de Empleados Particulares, ubicado en calle Huérfanos 1270, actual domicilio de la Corporación.

Con relación a nuevas operaciones mineras, en el año 1997 se inauguró Radomiro Tomic, el primer yacimiento puesto en operación íntegramente por Codelco, integrándose posteriormente en 2003, junto con el yacimiento minero y plantas de la División Chuquicamata, a la nueva División Codelco Norte.

En enero de 2005, Codelco adquirió a la Empresa Nacional de Minería, la propiedad del complejo Fundición y Refinería Ventanas, en la Región de Valparaíso, pasando a ser la División Ventanas de Codelco.

En mayo de 2008, culminó con éxito la etapa de construcción de las plantas y servicios anexos del entonces denominado Proyecto Gaby, filial 100% de Codelco, iniciándose la explotación de la mina Gabriela Mistral, ubicada en la Región de Antofagasta, a aproximadamente 100 kilómetros de la ciudad de Calama. Se trata de la segunda faena minera desarrollada íntegramente por la Corporación, desde su descubrimiento, ingeniería y construcción, hasta la puesta en marcha. Actualmente es Minera Gaby S.p.A.

En 2010, se separó la División Codelco Norte en División Chuquicamata y División Radomiro Tomic, con el objetivo de focalizar esfuerzos en los distintos desafíos que enfrentan. En el período también se creó la División Ministro Hales para desarrollar y operar el yacimiento del mismo nombre.

En la actualidad, junto con la Casa Matriz y la Vicepresidencia de Proyectos –unidad de servicios con administración independiente–, Codelco está integrada por siete divisiones: Chuquicamata, Radomiro Tomic, Ministro Hales, Salvador, Andina, El Teniente y Ventanas, y posee inversiones en otros yacimientos. Codelco es la empresa estatal que más aportes económicos realiza al Estado anualmente. En el período 2004-2010, este aporte ascendió a US$ 48.067 millones; y en 2011, a US$ 7.033 millones.

 
 
 

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