Los edificios sustentables tienen grandes ventajas ambientales, al reducir la huella del carbono en todas las etapas de la vida del inmueble, usar energías renovables, e incrementar la eficiencia energética, ahorrando grandes costos en las cuentas de los servicios básicos.
Además, una edificación comercial con estas características eleva la calidad de vida de las personas, porque protege la salud de sus moradores y mejora el rendimiento. Varios estudios comprueban la interrelación entre condiciones ambientales y productividad. Se sabe que la mayor productividad se logra en oficinas a 22º; si la temperatura aumenta a 30º, la productividad desciende en 10%. También se conoce que cuando se controla y maneja la velocidad del aire, existe al menos un 16% de aumento en la productividad, explica el ingeniero Eduardo Sanhueza, jefe del área de Estructuras y Construcción del Idiem de la Universidad de Chile.
Además está comprobado que la exposición a la humedad y moho sube la posibilidad de enfermedades respiratorias entre 30% y 50%. Que el ruido sobre 77 decibeles disminuye en 23% la concentración y la capacidad receptora de los trabajadores. Y que la vista al exterior reduce en un 25% la fatiga visual y el estrés en los ocupantes.
En las oficinas verdes hay una baja en el ausentismo laboral al mejorar el nivel de satisfacción de los empleados, menos enfermedades y mayor productividad.
Más cara
Una de las pocas desventajas de la construcción sustentable es su mayor precio inicial. Sin embargo, los expertos aseguran que las ganancias económicas de mediano y largo plazo superan ampliamente la inversión necesaria.
Las construcciones que han obtenido una certificación verde incrementan considerablemente su valor, el que puede llegar hasta 30% sobre el valor de un edificio similar que no ha sido calificado. Además, el nivel de ocupación también es mucho más alto, con lo que se obtienen un mejor rendimiento.
En Chile existe una tendencia creciente a la edificación de alto rendimiento, lo que es muy importante, ya que por primera vez estamos evaluando el comportamiento de los edificios, opina el ingeniero José Sanhueza. Añade que esta corriente producirá cambios radicales en la industria de la construcción chilena, porque incentivará la innovación y la aplicación de tecnología en materiales y nuevos sistemas, aumentando la capacitación y el desarrollo profesional de los especialistas en evaluación y monitoreo de consumos, abriendo nuevos clusters y generando empleo.