Aproximadamente 10.000 personas (2.500 familias) se trasladarán del campamento de Chuquicamata a Calama en un lapso de 2 años y medio. Este proceso se vincula no sólo con el propósito de la empresa por un desarrollo sustentable, sino también con temas sociales y culturales particularmente complejos y delicados.

Desde un punto de vista económico, el crecimiento de la mina y de los residuos sólidos generados por el proceso minero requería más espacio libre donde disponerlos adecuadamente y evitaran costos elevados de transporte.

Desde un punto de vista ambiental, era necesario proteger la salud de los trabajadores y sus familias del material particulado arrastrado por el viento desde las pilas de residuos. Y desde una perspectiva social, Codelco está decidido a aprovechar esta experiencia inédita, para impulsar una mejor integración de sus trabajadores con las comunidades locales, buscando poner fin a la mentalidad de campamento que está íntimamente asociada a la minería en todo el mundo.

Un proceso de esta envergadura es complejo y delicado. Ello porque respecto de los aspectos sociales y culturales, muchas familias del campamento de Chuquicamata han vivido por más de una generación en el mundo aislado y protegido del campamento minero, en el que, entre otras cosas, la Corporación les suministraba todos los servicios básicos y sus hijos se educaban en escuelas exclusivas del campamento. También, la familia promedio del campamento de Chuquicamata tiene un ingreso significativamente superior al de los habitantes de Calama. Por último, la ciudad de Calama no contaba hasta hace poco con la infraestructura urbana necesaria para recibir sin colapsar, esta adición poblacional en tan corto tiempo.

El Proyecto Integración de Nueva Calama implica una inversión de US$200 millones, destinados a asegurar que la integración mejore el futuro no sólo de los ex habitantes de Chuquicamata sino también de las comunidades de Calama, que formarán así una nueva ciudad. Las mejoras urbanas están contempladas en el proyecto, como la construcción de nuevos edificios y servicios (oficinas administrativas, un nuevo hospital, escuelas, residencias, caminos, entre otros), que cambiarán para siempre a la vieja Calama.

El Proyecto también tiene por objetivo asegurar que haya una verdadera integración, y que los inmigrantes de Chuquicamata se conviertan en ciudadanos con plena participación de la Nueva Calama. Para ello, el desarrollo del Proyecto se diseñó y coordinó en estrecha colaboración con los sindicatos, autoridades locales, organizaciones no gubernamentales y otras compañías mineras que operan en la región.