Zona de experimentación con especies arbustivas en la playa de Chañaral.

De acuerdo a un informe de Conaf entregado en julio de este año sólo algunas especies resistieron las condiciones de la bahía. Entre ellas está la triplex nummularia, conocida como sosa marítima, y que es un arbusto forrajero nativo de Australia muy utilizado por las comunidades agrícolas de la IV Región como alimento suplementario para el ganado caprino.

Otra especie exitosa es la atriplex atacamensis o escarcha, un arbusto chileno, que además de presentar mayor índice de supervivencia, muestra alto crecimiento de su copa en comparación a los otros arbustos, factor revelante en un sector de constante viento.

En cambio, los intentos de forestación con árboles no fructiferaron. La acacia y el aromo espinudo son las únicas especies que han arrojado algún índice de supervivencia, pero los resultados no pueden ser aún calificados de óptimos.

"Creemos que ello se debe a que la vegetación arbórea requiere de mejores condiciones de sustrato (suelo), clima y agua. De todas ellas, a mi juicio, es el viento el factor más limitante", explica Hernán Saavedra, jefe del área de Chañaral de Conaf.

Para asegurar las especies adaptadas, los especialistas han creado un vivero en la misma zona de forestación donde se producen nuevas plantas a partir de esquejes y semillas, para así obtener arbustos ya adaptados a las condiciones del sector.

Estas especies serán destinadas a la primera barrera vegetal que comenzará a implementarse en el corto plazo de manera definitiva sobre las dunas.

"De todas formas la etapa de experimentación continúa, porque debemos seguir probando especies que podrían tener suerte en la bahía. Hasta el momento consideramos que el proyecto ha sido exitoso, pero hay que tener en cuenta que es una tarea de largo aliento, que quizás nos demande una buena cantidad de años", comenta Hernán Saavedra.