¿Por qué es tan importante este hito?
Porque esta división estuvo a punto de cerrar en dos oportunidades —2011 y 2016—, y ahora, por tercera vez, corría el mismo riesgo. Eso significaba que la ciudad, que se desarrolló y sigue creciendo en torno a la mina, dejaría de existir en 2022 si no se aprobaban los fondos. En cambio, fuimos capaces de revertir lo que se veía tan difícil, e instalamos un proyecto y su primera piedra de la refundación.
¿Qué significa esa promesa?
Que en los próximos 50 años la División Salvador será muy distinta a la operación de sus primeros 60 años de vida. Tendremos un centro de trabajo optimizado tecnológicamente, moderno, productivo y sustentable, que, además, se integrará de una manera más profunda con las comunidades.
¿En qué sentido?
Vamos a resignificarnos. Nuestra división no puede ser reconocida sólo por su capacidad de dar empleo. Apuntaremos a generar vínculos sociales profundos, para compartir creencias, valores, símbolos, identidad y prácticas colectivas con Diego de Almagro y toda la Región de Atacama.

En ese sentido, una de las aspiraciones de las comunidades es que las operaciones sean más sustentables.
Es uno de los más urgentes cambios de paradigma en Salvador. Trabajamos durante un año y medio en demostrar mediante el Estudio de Impacto Ambiental que nuestro proyecto ofrece altos estándares en esa materia. Hicimos consultas a tres comunidades indígenas y nos comprometimos de manera consciente y responsable en el cumplimiento de compromisos ambientales contundentes y ambiciosos.
Los compromisos sólo se hacen sólidos si las personas se hacen responsables. ¿Qué se hará para eso?
La excelencia es la base en el cambio de conductas que serán parte de la nueva identidad cultural de Salvador. Estamos profundizando la transformación en las mentalidades y comportamientos, para contar con hombres y mujeres comprometidos(as) no sólo con los resultados productivos y económicos de la empresa, sino que con todo el entorno comunitario, velando por la preocupación y cuidado permanente del medioambiente, por los valores y la identidad de las comunidades de la provincia y de la región.
¿Qué siente con el logro alcanzado?
Un profundo orgullo por haber estado a la cabeza de una división que merecía una nueva oportunidad, pero entendiendo que debemos hacer las cosas de manera distinta, y una tremenda responsabilidad por consolidar el futuro de esta ciudad-campamento. Hemos demostrado en los últimos dos años que estamos preparados para este nuevo desafío, hemos sido eficientes y eficaces a la hora de instalar los cimientos de este nuevo Salvador, pero para que este sueño se haga realidad, necesitamos de todos y todas. La refundación debe ser un éxito colectivo.