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Codelco Apoya a Peregrinos de la Virgen de Ayquina

Durante toda esta semana, los caminantes que se dirigían a pagar sus mandas, recorriendo 74 kilómetros a través del desierto, recibieron soporte en las siete estaciones instaladas a lo largo del recorrido.

Son alrededor de las 9 de la noche y en la mitad del camino entre Calama y Chiu Chiu se logra divisar una luz a lo lejos; como si fuera un foco justo al costado de la carretera. Al avanzar, se ven caminantes llegando a aquel espacio iluminado. Al llegar, una fogata rodeada de personas y frente a ésta un contenedor con cielo raso, piso flotante, un televisor y varias mujeres preparando té, café, sándwich y chocolate caliente.

Los caminantes son devotos de la virgen de Ayquina, ubicada en la localidad del mismo nombre, a74 kilómetrosde la ciudad. El objetivo: recorrer a pie, e impulsados por la fe, toda la ruta del desierto que los lleva donde su patrona y así cumplir mandas hechas incluso por más de una decena de años. Peregrinaje que incluso es traspasado por generaciones en las familias católicas no sólo dela ProvinciaElLoa, sino que también de todo el país.


 

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Los dueños de aquella luz en el camino: un grupo de Cursillistas de Cristiandad pertenecientes ala Iglesia Católica, que se instalan en siete puntos del camino para atender a los peregrinos, entregándoles comida, agua y espacio para un descanso.

"Antes era caminante. Hacía lo mismo que estos peregrinos todos los años, pero las piernas ya no nos dan. Por lo mismo, decidimos cooperar de esta forma, proporcionándoles un espacio a estas personas de fe, donde incluso les instalamos un altar para hacer oración mientras descansan", cuenta Don Críspulo Mánques, parte del grupo de Cursillistas que cada año, desde 1994, instala su "tambo", como se le llama popularmente a estas estaciones, para ayudar a los peregrinos en su camino.

 

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Recuperando energías

 

Mientras tanto, su esposa, junto a otras mujeres, atiende a un grupo de jóvenes que hacen arribo a la estación, preguntándoles casi de manera maternal si prefieren té, café o chocolate caliente. Los muchachos dejan sus mochilas en el suelo y se sientan a descansar, agradeciendo la ayuda en el camino.

"Es un alivio encontrarnos con los tambos en el camino. Es primera vez que hago esto y de verdad que reconforta saber la buena voluntad que hay detrás de estas personas", dice Carolina Mansilla, una de las caminantes.


 

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Este peregrinaje se realiza desde hace décadas en esta fecha del año enla ProvinciaElLoa, creciendo de manera importante a través del tiempo. Es por ello que Codelco Radomiro Tomic decidió colaborar con la labor de este grupo de Cursillistas y más aún con el recorrido de los peregrinos, proporcionándoles ayuda en alimentos y materiales necesarios.

"Como División, estamos conscientes del sacrificio que tanto los caminantes, como los Cursillistas, hacen en esta fiesta religiosa. Setenta y cuatro kilómetros de caminata no son fáciles, es por ello que este año decidimos colaborar con alimentos como té, café, leche chocolatada, frutas, vasos y lo que fuese necesario para apoyar a los peregrinos en los tambos", contó Miguel Milla Milla, Ingeniero de Gestión Comunitaria de Codelco Radomiro Tomic.

Algunos caminantes del tambo que atiende Don Críspulo cargan sus mochilas. Ya fue suficiente el descanso. Recargaron energías alimentándose y orando por un rato. Ahora siguen su camino con la esperanza de llegar pronto donde su patrona: la virgen de Ayquina.