Vecinos de Requínoa, Doñihue, Rancagua y Coya cuidan las áreas verdes y celebran tener un lugar de esparcimiento.
“Antes solo existía un peladero”, cuenta Mario Díaz, vecino de Villa Los Cristales, en Requínoa, mientras mira con orgullo la Plaza Modesto Palacios, que fue construida por la comunidad y Puro O’Higgins, la iniciativa de acciones ciudadanas impulsadas por Codelco División El Teniente .
Ubicada a un costado de la multicancha, la zona de juegos muestra gran actividad a media tarde. Son principalmente los más pequeños quienes más disfrutan de los juegos y aprovechan al máximo las bondades del lugar, sobre todo en una época en que el clima es más benigno.
El Gerente de Sustentabilidad y Asuntos Externos de la División El Teniente, Flavio Angelini, se mostró muy satisfecho con los resultados de esta iniciativa del Puro O´Higgins. “Sin duda esto ha servido para mejorar la calidad de vida de los vecinos, pero lo que más nos complace es el buen estado en que se encuentran las plazas. Al participar en la construcción de las áreas verdes, la gente se compromete con el cuidado del lugar. Por eso se han mantenido en tan buen estado y estoy seguro que seguirán así”.
El cambio del entorno ha sido positivo para Mario Díaz. “Mis hijos y el resto de los niños juegan toda la tarde en un sitio que hasta hace un par de meses estaba abandonado. Ahora es un lugar mucho más agradable y que se disfruta”, cuenta.
La vecina Karen Saavedra asegura que lo más relevante ha sido “el buen uso del espacio, lo que motiva que los niños y jóvenes salgan a disfrutar del aire libre y no estén tanto en la casa. Siempre podemos ver cómo prefieren estar afuera que viendo televisión”.
En la plaza La Bendición de Doñihue, los vecinos celebran que los más pequeños tengan un espacio donde jugar en las tardes de verano. “Desde que se instaló la plaza podemos ver a las familias jugando con sus hijos. Además, estéticamente le dio más vida al sector de entrada de la Villa Esperanza”, explica Raquel Leiva
Sergio Valenzuela es uno de los vecinos más comprometidos con el cuidado de la plaza, regándola un par de veces al día para mantenerla verde. “Es que ha mejorado harto la calidad de vida de todos, sumando que estamos cuidando el entorno”, explica.
María Oyarzún y Gladys Pérez, quienes participaron en la construcción de la plaza, destacaron que el lugar ayuda a mantener más tranquilo el entorno para los más pequeños.
Vergel en Rancagua
En la rancagüina población Dintrans, Puro O’Higgins aportó con la plaza Verde Esperanza. Es la más antigua y lleva un año consolidándose como un punto de encuentro para quienes residen en el sector.
Gerardo Miranda posee un taller mecánico al costado de la plaza, y para él “ha cambiado para bien el lugar. En las tardes se llena de niños que aprovechan los juegos”. Magaly Caro, que fue parte de la habilitación del lugar, recordó que antes existía un edificio que no era muy útil. “Ahora el espacio se aprovecha mejor, sobre todo los niños”.
Su vecina Verónica Valenzuela no vivió dicho proceso porque llegó hace poco al lugar. Sin embargo, valora “que se preocupen por hermosear y generar más espacios de juegos y recreación”.
En medio de la población Jorge Alessandri existe un pulmón verde llamado Chepita Hermosa, plaza que se ha transformado en uno de los principales puntos de recreación para sus vecinos.
Silvia Carrasco, presidenta del Comité de Vivienda, explicó que “este lugar de todos, por eso es importante que los vecinos lo cuiden y lo mantengan para que nuestros jóvenes y niños puedan seguir disfrutándolo”.
Amalia Corral es la dueña del almacén que se encuentra frente a la plaza. Para ella “es buen lugar, ya que uno puede ver, cuando llega la tarde, como los niños salen a jugar. Antes no había nada, así que de todas formas es un aporte”.
En el entorno de la plaza Orlando Letelier del Solar, en la Villa Los Cipreses de Coya, cuentan cómo ha influido en su calidad de vida tener este espacio verde.
Juan Arenas, presidente de la Junta de Vecinos de Villa Los Cipreses y de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Coya, recuerda que el terreno ya existía como un intento de área verde que había quedado en el abandono, pero que ahora se transformó en un parque gracias al apoyo comunitario.
"Cuando hay un tema en común que nos une, siempre la gente aporta. No es novedad contar con el apoyo de los vecinos, pero es importante darles un sentido de pertenencia, y con estas actividades los incorporas. Cada uno se siente parte de la plaza y coopera para que se cuide. Esto es trabajo social", planteó.
Hasta ahora son cinco parques comunitarios entregados por Puro O’Higgins y la meta es alcanzar diez en los próximos años.