Fue un mensaje potente. La violencia intrafamiliar está presente en muchos hogares del país y por eso el llamado es a denunciar y no ser cómplices.

Así lo refleja la obra “Mujeres al Vapor”, que se presentó en Calama ante unas 400 trabajadoras del cobre que vibraron, rieron y se emocionaron, con la historia de tres mujeres que entablan una delicada y no menos divertida conversación, durante una hora de sauna. Las protagonistas: Amparo, hija única y sicóloga de 33 años; Alicia de 48, ingeniero comercial, casada, dos hijos, dueña de casa y Agatha, de 60 años, divorciada en más de una oportunidad, empresaria de una importante cadena de peluquerías.

“La obra habla de la violencia intrafamiliar y nosotras estamos preocupadas de ese tema, por lo tanto lo vemos con estas expresiones que mezclan el humor con la realidad, pero también dejando en claro un mensaje que es bastante potente para decirle no a la violencia”, explicó Cecilia González, directora del Departamento de la Mujer de la Federación de Trabajadores del Cobre.

Esta actividad marca el inicio de un trabajo conjunto entre el Departamento de la Mujer y la Corporación de la Mujer Trabajadora del Cobre de Chuquicamata, Cormutrac.

“Estamos haciendo alianzas con la oficina de la mujer, para que a través de estas iniciativas podamos distraer a las trabajadoras, que están estresadas. En paralelo estamos trabajando para iniciar cursos de capacitación con los cuales queremos revivir y encantar nuevamente a las socias para unirlas más y hacer una corporación importante”, dijo la presidenta de la entidad, Kenia Aguirre.

Mensaje

Al final de la jornada, el mensaje fue valorado por el público y los encargados de este montaje, que ha recorrido varias ciudades del país desde su estreno en 2009. La directora de Mujeres al Vapor, Malú Jiménez, aseguró que “Fue una experiencia maravillosa. Hemos estado en muchos lugares dando este mensaje para que las mujeres se atrevan a denunciar y los vecinos que conozcan de estos casos tampoco sean cómplices. Este público es muy participativo, entendieron toda la obra, las partes alegres y las tristes, fue un público que nos llenó de energía y es muy grato, ojalá todos los públicos de Chile fueran así”.

Rosmarie Meyer, una de las asistentes al evento, dijo que “me gustó la forma de entregar el mensaje, con harto humor pero lo importante es que quedó bastante claro. La mujer no tiene que ser violentada y no tiene que permitir la violencia de ninguna forma”.

Una opinión similar manifestó Daniza Zuleta, quien también vibró con la obra. “Creo que esto nos hace reflexionar como mujer, sobre lo bueno y lo malo, en cuanto a cómo tenemos que tomar la vida. Este es un mensaje con actitud, pero con actitud de cambio”, concluyó.