Recursos entregados por Codelco Chuquicamata permitieron implementar un seminario de empoderamiento que beneficia a jóvenes con alta vulnerabilidad social
En pocas semanas, la vida para los alumnos del primer año “J”, dio un vuelco en 180 grados. Pese a convivir a diario, no se conocían ni hablaban entre ellos. Menos aún sabían sobre las historias, vivencias e intereses de cada uno. Sólo se limitaban, por algunas horas, a compartir las cuatro paredes de una sala de clases.
Los profesores estaban en alerta. Por eso respiraron mucho más tranquilos cuando se enteraron que la Fundación el Arte de Vivir, entidad madre de la Organización Comunal por los Valores Humanos, los había elegido para implementar el novedoso programa educativo YES, que significa Seminario de Empoderamiento Juvenil, por su sigla en inglés.
Margot Núñez, es una de las instructoras de la Fundación, que durante tres semanas convivió con los jóvenes del B-8. “Al principio no nos escuchaban y no sabíamos cómo llegar a ellos. Eso lo revertimos con este modelo YES que implica empoderar a los niños y entregarles las herramientas para que tengan más seguridad sobre sí mismos. Les demostramos que las emociones son manejables y que se pueden controlar, porque muchas veces ellos se enganchaban con problemas que no son tan graves, pero que los afectaban mucho, porque no ven todavía con claridad el sentido de la vida”, explicó la profesional.
Resultados
El programa YES, se implementó en forma piloto en el primero “J” del liceo, gracias a los recursos que ganó recientemente la Organización Comunal por los Valores Humanos, en el fondo Calama Participa de Codelco Chuquicamata.
Los propios alumnos, valoran los resultados. “Ellos nos enseñaron técnicas para relejarnos y olvidarnos de los problemas, sin reaccionar de mala manera. Ahora nos llevamos mucho mejor y más que un curso, somos una familia”, dijo Ignacio Orquera, de sólo 16 años.
Su compañera, Yaneth Rocío, contó más detalles de cómo era la relación a principio de año. “El curso no era unido y nadie se hablaba. Estaban las niñas a un lado y los niños en otro. Por eso este taller fue muy bueno porque experimentamos las pruebas para controlarnos a nosotros mismos, y así no hacer enojar a las demás personas”, explicó la joven.
Si bien los niños fueron los principales protagonistas de esta iniciativa, sus profesores les siguieron los pasos en todo minuto. “Nosotros como colegio necesitábamos apoyo para trabajar la personalidad, los valores y el crecimiento personal de los alumnos. En la medida que los alumnos puedan estar bien consigo mismo van a rendir de mejor manera y es lo que a nosotros nos interesa”, dijo Andrea Canelo, orientadora del establecimiento.
Representantes de Chuquicamata visitaron el establecimiento para observar en terreno el avance del programa YES. Una vez que escucharon los testimonios de los propios alumnos y sus profesores, se manifestaron satisfechos de haber contribuido a la implementación de este exitoso modelo educativo.
El gerente de Sustentabilidad de la División, Sergio Molina, dijo que “son niños que han tenido un cambio notable en su conducta. Estamos felices de participar en este proyecto porque vemos que ahora son todos amigos y conviven bien, y eso se nota. Se entregaron herramientas que hacer crecer a las personas y esto es muy importante porque son niños con mucha vulnerabilidad”.
La aplicación del programa YES comenzó con 40 alumnos del primer año “J”. La evaluación de este primer ciclo fue tan positiva que se acordó sumar a otros cuatro cursos del establecimiento, de aquí a final de año.