Con lágrimas en su rostro, Ruth Barrera aplaudió a su hijo Aarón Peña, quien es uno de los percusionistas de la Orquesta Calama Mi Sol. Muy emocionado, desde el escenario, mostró el regalo que le dieron las autoridades.

“Muchas gracias, lo logré”, gritó el joven con Síndrome de West, un claro ejemplo del trabajo de integración que se realiza con este proyecto de la División Chuquicamata y ejecutado por la Corporación de Desarrollo de la Provincia El Loa (Proloa). Ambas entidades desde el 2013 trabajan unidas para generar una plataforma de interacción de menores con distintas realidades socioeconómicas y cuyo trabajo se vio plasmado con la presentación realzada en el Teatro Municipal.

Esta puesta en escena es fruto del trabajo de 140 niños y jóvenes que participaron activamente en un nuevo ciclo de la orquesta, que cerró esta nueva etapa con concierto gratuito en presencia de autoridades, sus padres y comunidad que repletó el recinto cultural.

“Estoy agradecida de Calama Mi Sol, porque fue un apoyo técnico y social para Aarón. Él está cumpliendo un sueño y yo haré todo lo posible para que sea feliz, lo llevo para que asista a las clases y siga tocando bonito. Me gusta esta orquesta, porque ayuda a los niños a relajarse y hacer amigos”, explicó Ruth, reflejo de las tantas apoderadas orgullosas de ver a sus hijos brillando en el escenario.

Una gran obra

Calama Mi Sol a casi dos años de arduo trabajo, cuenta 140 alumnos entre los 8 y 16 años, la mayoría con alta vulnerabilidad social. Este programa cerró este periodo con una ceremonia de ensueño, que finalizó con un tema de los Jaivas y que fue coreado por todos los presentes.

“El ánimo tanto de la División Chuquicamata como de Proloa es seguir avanzando en el ámbito cultural y seguir potenciando cada uno de los proyectos que tienen un impacto social, como es el Calama Mi Sol”, explicó la gerente general de Proloa, Ximena Martel.

Calama Mi Sol nació con el objetivo de brindar a Calama la posibilidad de contar con orquestas infantiles y juveniles, sin embargo, sus alcances han ido mucho más allá. “Los avances han sido graduales, pero el entusiasmo se notó en el escenario. Los niños tienen ganas, les gusta la música, además que este proyecto está muy organizado, muy bien pensado”, agregó, Osvaldo Pollanco, director de orquesta Calama Mi Sol.

Esta instancia se convirtió en una fuente de desarrollo para niños y jóvenes. La perseverancia y el entusiasmo los llevó a ser una orquesta consagrada y comprometida con la integración. “Esa es la gran preocupación de la División Chuquicamata y siempre está el compromiso con el desarrollo social. La Orquesta Calama Mi Sol, nos ha permitido acercar temas culturales, sobre todo por la trascendencia que tiene esta iniciativa. Contentos con el resultado, se cierra un ciclo exitoso y con jóvenes y niños felices”, manifestó el gerente de Sustentabilidad de División Chuquicamata de Codelco, Sergio Molina.

Estos menores, recibieron aprendizaje musical, pero también en el ámbito social. El compromiso de este proyecto que fue completamente gratuito, desarrolló la perseverancia, trabajo en equipo y descubrió talentos que musicales que estaban escondidos.