No son pocos los profesionales que han aceptado el desafío de pasar de la mina a las aulas. Ellos se han transformado en profesores que disfrutan haciendo clases y aportan su experiencia y conocimiento en la formación académica de los futuros técnicos e ingenieros del país.
El traspaso de experiencia y conocimiento a las nuevas generaciones, es la principal motivación, para los profesionales de División Andina, que se desenvuelven como profesores universitarios en distintas casas de estudios.
Principalmente, imparten cátedras o bien fueron ayudantes, llegando a la docencia por distintas circunstancias. Compatibilizan su trabajo en Andina con la exigencia que conlleva las clases, la corrección de pruebas y los trabajos.
Disfrutan con la realización de las clases, con el contacto con los jóvenes, siendo testigos de cómo han evolucionado los estudiantes.
“Uno ve cómo van cambiando en el tiempo, en términos de personalidad, ahora son más avasalladores, van directo al grano, tienen más personalidad que antes, lo que provoca una mayor interacción profesor-estudiante”, cuenta Emilio Farías, superintendente de geomecánica, profesor de la Universidad de Santiago de Chile, en la cátedra de Geomecánica aplicada a la minería, a estudiantes de cuarto año de Ingeniería civil en minas.
Emilio estudió en la USACH, en sus tres últimos años de carrera fue ayudante de la cátedra que hoy imparte. “Lo encontré entretenido, siempre me gustó enseñar mi tema geomecánico, mi especialidad la definí bien temprano”. Hizo clases durante 12 años, y aunque hoy está en un break por razones académicas, sabe que volverá a la docencia.
Beneficios mutuos
El Ingeniero Senior en geomecánica, Luis Quiñones, también profesor de la USACH, es Ingeniero Civil en Minas de la Universidad de Chile, transmite 25 años de experiencia en Andina a futuros ingenieros civiles en minas y aquellos que siguen estudios- ejecución a civil- el día sábado, en la cátedra de Mecánica de roca.
“También reviso memorias a mis estudiantes de prosecución, incluso he dirigido algunas, lo cual me ayuda a conocer la situación en otras faenas mineras. Ellos ya son profesionales y hacen memorias bastante técnicas, con temas interesantes, es un buena retroalimentación”.
En tanto, para Emilio, la universidad es una oportunidad para encontrar talentos geomecánicos. “Yo escojo ayudantes, eso eran futuros practicantes y memoristas”.
Profesores de pre y postgrado
Para alumnos de pregrado, el gerente general, Ricardo Palma, fue ayudante en varias cátedras de la carrera de Ingeniería en Minas, en la Universidad de Chile. Su destacado desempeño académico en el plan común le valió ayudantías en las ciencias aplicadas en quinto y sexto año. “Los ayudantes revisábamos las pruebas, y había alumnos bastantes reclamones. Con cada entrega de prueba, se publicaba la nota y se daba una hora para apelaciones. Había algunos, que recurrían a esta instancia, yo siempre traté de ser justo. Era bastante objetivo, seguía las pautas de corrección que me daba el profesor. No regalaba notas, ni era muy exigente”, recuerda.
Pero hay alumnos de todo tipo y están los que quieren aprender, que ponen atención, hacen intervenciones y generan debate. “Es gratificante lograr ese feedback, es el mejor pago de tu tiempo”, comenta Eduardo Bravo, director de Estratégia y Control de Gestión, quien desde el 2010 hace clases de Gestión y Economía Minera, a alumnos de pregrado de Ingeniería en Minas en la Universidad de Chile. “Partí como profesor auxiliar, ese curso lo tenía Octavio Araneda, el nuevo presidente ejecutivo de Codelco, pero no pudo continuarlo y me quedé como titular”.
En el ámbito del postgrado, Gerardo Alarcón, ingeniero especialista senior en la Gerencia de Administración fue invitado como profesor ayudante para el Magíster de Economía de la Pontificia Universidad Católica, para la cátedra de Gestión estratégica por ser el mejor alumno de su clase. Fue un año intenso. “Aproveché al máximo, la oportunidad de dejar un legado. Hay distintas maneras de aportar al desarrollo del país y una de ellas es haciendo clases”, comparte.
“Él magister está orientado a ejecutivos y cargos medios, se busca traspasar que los líderes de las empresas se desenvuelvan en un marco ético adecuado a las condiciones, de buen trato, con responsabilidad social y sustentabilidad, para que vayan generando pautas”, cuenta.
El caso de la Universidad Aconcagua
La Universidad de Aconcagua, sede Los Andes, para el inicio de sus carreras mineras en 2008, buscó a profesionales de Codelco Andina. Uno de los que estuvo en ese comienzo fue Jorge López, jefe de operaciones de la mina subterránea. Con 24 años en Andina se incorporó a la carrera de técnico en minas, específicamente al ramo de Métodos Mineros.
Jorge estuvo tres años. Le costó en un principio, el lenguaje, un poco la teoría, fue una etapa de mucha preparación. “Mi idea, como profesor es que egresen con conocimiento, soy exigente y me gusta que piensen.”
Volvió en 2013 a la UAC, donde ahora hace clases a técnicos y futuros ingenieros; algunas generaciones ya se han titulado, esperando que su sello basado en el respeto y la disciplina se hagan evidentes.
En tanto, Francisco Mizón, jefe de proyectos con 30 años de experiencia en Andina imparte las cátedras de Carguío y transporte y Proyecto minero, destaca por ser un profesor cercano. “Me gusta que el alumno disfrute en clases. Carguío y transporte es pura técnica, Proyecto minero es de investigación, donde además deben elaborar un proyecto, es un trabajo en grupo, ya que deben aprender a desempeñarse en equipo.
Para él es una experiencia gratificante. “Espero el día para hacer clases porque me gusta. Hago muchas cosas y el tiempo me alcanza, uno debe matizar”, concluye Francisco.