Más de tres décadas lleva Víctor Maripangui trabajando en Codelco División El Teniente. Así conoció Sewell y los distintos procesos de superficie. Hoy, se desempeña como supervisor de mantenimiento de la empresa Nexxo en el Chancado Secundario. “Aquí el día se va rapidísimo, porque cuando te gusta el trabajo, venimos con el espíritu de hacer las cosas bien, porque venimos por nuestras familias a trabajar acá”, asegura.
¿De qué se trata tu trabajo?
Me desempeño en el área de mantenimiento de la planta, en correas transportadoras, polines, chutes, hacemos estructuras, mejoras y todo tipo de mantenimiento.
¿Cómo es tu día a día?
En la mañana, esperamos las pautas, hacemos una charla, les pregunto a las personas cómo están y solicitamos los equipos que vamos a ocupar, para que nos den los permisos de bloqueo. Una vez tenemos las firmas y autorizaciones, nos vamos a terreno, solicitamos energía cero, ponemos los candados de bloqueo y revisamos toda la documentación, que todos estén con sus ART (Análisis de Riesgos del Trabajo) y procedimientos.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
A mí me fascina esta pega, soy amante de esta planta. Siempre he dicho, gracias a esta planta logré sacar a mis hijos adelante, tener mis cosas, un terreno, tengo dos hijos profesionales y me queda todavía uno de 12 años, entonces cuando algo pasa en esta planta, a mí me duele y hay gente que no lo entiende, que uno se enamora de estas cosas, porque es mi sustento en el día a día, donde comparto con la gente, donde veo cómo las personas van aprendiendo, les doy ánimo y las felicito para que sigan así, tirando para adelante y se motivan más. Eso me gusta, llegar contento todos los días, transmitir mi alegría y si tienen problemas, los arreglamos entre nosotros.
¿Cuánto tiempo llevas en El Teniente?
Llevo 31 años en la División. Mi primer trabajo fue en Sewell, en la molienda. Hacía el aseo de las correas, tenía 18 años recién cumplidos. Me tomaron buena, porque con los que entramos éramos bien “aperrados”, veníamos de la misma población y nos conocíamos de niños. En Sewell aprendí a trabajar en equipo y de ahí viene que, para mí, eso es lo más importante. No solo y no en la cuadrilla solamente, sino en equipos.
Cuando estaba en Sewell vi a un viejito que soldaba y me gustó la soldadura, así que estudié y aprendí y me vine al chancado, pasé también por la Planta de Molibdeno, Extracción por Solventes, iba a la Planta de Tratamiento de Residuos, Caletones, en el Chancado Primario, iba a todos lados, hasta que se armó un contrato en el Chancado en el que había que hacer la mantención y de ahí no he parado de trabajar aquí.
He encontrado a muy buenas personas, muy buenos compañeros y he hecho muchos amigos. Me gusta esta planta, trabajo con gente que nos conocemos desde chicos y con los que hemos apoyado y enseñado a muchos profesionales que pasan por acá, eso me da fuerzas para seguir, porque me quedan algunos años todavía de trabajo y espero terminarlos acá, que me recuerden como el viejito que les enseñó varias cosas, en especial principios.
¿Qué mensaje de seguridad le entregarías a las y los trabajadores de la división?
Todas las plantas acá son muy dinámicas y el peligro siempre está, por eso tenemos que cuidarnos y cuidar al compañero. Los supervisores tenemos la capacidad de ver más allá, de ver si alguien está cometiendo algún error y debemos educar en la seguridad, decirles que lo más importante es que lleguen sanos a sus casas.
¿Qué significa para ti trabajar para Codelco y que todas las tareas que realizan aportan en la generación de excedentes que se entregan a todos los chilenos y chilenas?
Siempre les digo a mis cabros: recuerden que, si terminamos este equipo y queda bueno, producimos más, construimos más escuelas, más policlínicos, ayudamos más a la gente de escasos recursos. Por eso tenemos que hacerlo bien y a la primera, porque somos un aporte para el país.