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“Si me ponen delante una escoba y un martillo, elijo el martillo”

Llegó desde Iquique a Rancagua hace 11 años “porque quería una oportunidad distinta” para ella y sus hijos de 9 y 15. Hoy trabaja en la Planta de Filtros, donde destaca por su alta capacidad.

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"Hice un curso de maquinaria pesada con la intención de entrar a El Teniente, pero mi primer trabajo fue como capataz de aseo en la construcción. Luego tomé un curso de mantención mecánica; estudiaba y trabajaba, hasta que se me dio la opción gracias al programa Aprendices.

"Partí en la maestranza de Teniente 8, con miedo por el machismo en la minería; de hecho, yo también tenía una visión machista. Pero me recibieron muy bien y se dieron el tiempo de enseñarme. Hoy llevo un año y tres meses en la Planta de Filtros, donde no hay diferencias con los hombres y todos somos un equipo.

"No somos el lado débil. Como mujeres no usamos la misma fuerza pero aportamos con otras visiones. Por ejemplo, en seguridad, ya que siempre vemos primero el peligro, detectamos falencias y ayudamos a corregir. Y somos más metódicas para cumplir, por ejemplo, los protocolos Covid.

"El equipo se da cuenta de que somos un aporte y no pasamos inadvertidas. Con mi compañera Cecilia Pichún hemos demostrado que trabajamos a la par y eso es clave, porque la idea siempre es hacer las cosas bien para abrir el camino a nuestras pares.

"Me gusta lo que hago. Si me ponen delante una escoba y un martillo, elijo el martillo. Siempre trabajé con mi esposo en su taller así que nada es nuevo, salvo que acá las maquinarias son gigantes. Y si sigo haciendo bien las cosas me proyecto en El Teniente, siempre buscando la forma de aportar a una empresa tan importante para nuestro país".

 

Codelco