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Codelco redobla esfuerzos para lograr números azules y optimiza su cartera de inversiones

Producción acumulada del año va en línea con lo programado, por lo que no hay espacio para retrocesos. Pasaremos del desarrollo simultáneo de proyectos a uno secuencial.

En Codelco estamos trabajando en dos horizontes. En el corto plazo, esto es el cuarto trimestre de este año (octubre a diciembre), el plan es obtener resultados que nos permitan cerrar 2016 con cifras azules, manteniendo en el centro la seguridad de las personas y el cuidado del medioambiente.

En este ámbito, a septiembre hemos alcanzado un nivel de producción en línea con lo programado, a pesar de las menores leyes de mineral y de los incidentes que afectaron a las divisiones Andina, El Teniente y Salvador. Debemos sostener el esfuerzo de modo de asegurar la continuidad de marcha y así lograr las metas comprometidas.

Lograr resultados positivos al cerrar el año es especialmente desafiante porque debemos revertir la pérdida de US$ 97 millones anotada en el primer semestre. Para esto es necesario usar eficientemente el tiempo de trabajo, respetar las normas y procedimientos, ajustar los requerimientos propios y de terceros, entre otras medidas que apuntan a mejorar nuestra productividad.

Para el mediano y largo plazo, modificamos la estrategia para la materialización de los proyectos, pasando de un plan de desarrollo que los realizaba de manera simultánea a uno que los reprograma secuencialmente. Esto permitirá una mejor gestión, asegurando la solución de problemas técnicos, la disponibilidad de recursos, el resguardo de los niveles de producción, entre otros aspectos.

En este sentido, en la sesión de directorio de septiembre se aprobó la optimización de algunas inversiones relevantes. Entre ellas, Radomiro Tomic Sulfuros Fase II, proyecto que se modificará y cuya puesta en marcha se aplazó a 2024, pero se mantienen las actividades y estudios relacionados con el sistema de agua desalada.

Por su parte, se definió extender la suspensión del proyecto minería continua, aplazando su primer hundimiento para 2019. Asimismo, se postergó el desarrollo de mina del Tercer Panel Inferior de División Andina.

De esta forma, Chuquicamata Subterránea y Traspaso Andina continúan su construcción de acuerdo a lo planificado, con un inicio de operaciones programado para 2019 y 2020, respectivamente. En tanto, Rajo Inca y Expansión Andina avanzan en su prefactibilidad, y Nuevo Nivel Mina sigue con el desarrollo de su zona de explotación, mientras se trabaja para solucionar técnicamente la construcción de los túneles.

Estos ajustes implicarán reprogramar inversiones por US$2.251 millones en relación al plan original, por lo que para el quinquenio al 2020 el plan alcanzará US$ 18.000 millones, contribuyendo así a una mayor sostenibilidad de la cartera de proyectos.

Artículo publicado en edición #4 de "Mi Turno", octubre de 2016.