- Presidente del Directorio de Codelco expuso los principales desafíos de la empresa ante la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados. - Acompañado por el vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad, René Aguilar, reiteró la necesidad de una capitalización que permita desarrollar las grandes iniciativas de la Corporación, valoró el compromiso de sus trabajadoras y trabajadores y confirmó la realización de Mesas de Convergencia Técnica junto a los sindicatos para analizar en conjunto el futuro de la compañía.
A continuación, las palabras de Oscar Landerretche ante la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados:
"Señor presidente, estimadas diputadas, estimados diputados.
Es un honor poder compartir con ustedes brevemente los desafíos de Codelco, la principal empresa de Chile y la que más aporta a su desarrollo.
Como Presidente de su Directorio me es imposible comenzar estas palabras sin recordar el papel clave de este Congreso en la nacionalización del cobre, el 11 de julio de 1971.
Ese paso histórico, que posteriormente dio origen a Codelco, contó con el apoyo prácticamente unánime de los parlamentarios y de la sociedad chilena, en un período donde hubo más diferencias que acuerdos en la política de nuestro país.
En estos 43 años, Codelco ha triplicado su producción, duplicado sus operaciones mineras y, centralmente, gracias al trabajo de miles de mujeres y hombres, ha generado más de 112 mil millones de dólares en beneficio de Chile, de su desarrollo y progreso.
Otra forma de ver este mismo número (a veces es difícil conceptualizar los grandes números), es decir que, desde la nacionalización, la empresa ha aportado, en promedio, más de 217 millones de dólares por mes a sus dueños, todos los chilenos.
Además, Codelco genera empleo para miles de personas y realiza negocios con más de 4 mil proveedores de bienes y servicios cada año. No sólo es el primer productor de cobre del mundo, sino también el segundo productor de molibdeno y, ahora, gracias a la nueva División Ministro Hales, será uno de los 10 mayores productores de plata del planeta.
Esto habla de la acertada visión de futuro de los Presidentes Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende, de la mirada estratégica de largo plazo que tuvieron también los parlamentariosde la época, al apoyar un proceso y finalmente una Ley que es clave para explicar el crecimiento de nuestro país en las últimas décadas.
Como prometió el Presidente Allende luego de promulgar la Ley, en la histórica plaza de Rancagua, Codelco ha contribuido a aportar riqueza para "hacer posible que cambie la vida del niño, la mujer y el hombre de la tierra chilena".
Estoy convencido, como la mayoría de los chilenos, de que la compañía ha cumplido esta promesa y que, sin Codelco, Chile no sería el mismo.
Por eso, es un tremendo orgullo presidir su Directorio. Pero también es una tremenda responsabilidad, especialmente ahora cuando está enfrentando un período de profundas transformaciones para hacer frente a desafíos inéditos, que al igual que en 1971 requieren del apoyo y compromiso de todos, dentro y fuera de la empresa.
Más allá de su solidez financiera, reconocida por los mercados internacionales como demostró la exitosa colocación de bonos de deuda en Europa hace dos semanas, Codelco tiene hoy la obligación de realizar la mayor inversión de su historia. Esta es la única forma de mantener su capacidad de producción, su liderazgo y, de esta manera, seguir aportando al país.
Debemos impulsar, sin más demora, los proyectos mineros más desafiantes del planeta: en Chuquicamata, transformar la mina de rajo más grande del mundo en una enorme mina subterránea; en Radomiro Tomic, descubrir las riquezas que están bajo los minerales que hoy estamos explotando; en Andina, extender la vida útil de la operación minera de alta montaña por excelencia; en Teniente, cuna de la gran minería del cobre hace casi 110 años, abrir más de 90 kilómetros de túneles y fundar un nuevo nivel de explotación.
Estos son los proyectos estructurales que tenemos por delante, al que se suma Ministro Hales que está en su fase de puesta en marcha y que esperamos inaugurar pronto. Pero creo que la lista no está completa si no agregamos también, con el mismo nivel de urgencia, el desarrollo de un proyecto minero sustentable que extienda la vida de Salvador, una operación emblemática que es parte de nuestro acervo histórico como compañía.
Y también las cuantiosas inversiones que estamos comprometidos a hacer para cumplir los nuevos estándares ambientales en cada una de nuestras fundiciones.
Para una gran empresa minera, afrontar uno solo de estos proyectos ya sería una tarea desafiante. Codelco tiene que hacerlo todo de manera casi simultánea si no quiere disminuir su producción y poner en riesgo su capacidad de seguir aportando recursos a Chile. Incluso más, sin estos proyectos debemos cambiar los planes de desarrollo de nuestras divisiones por planes de cierre.
Algunos me han calificado de grandilocuente cuando he declarado en la prensa que estos desafíos tienen una escala épica para nuestro país. Tengo la convicción de no estar exagerando en lo más mínimo. En ninguna parte del mundo hay una compañía, ni país, que esté contemplando construir y explotar simultáneamente las dos minas subterráneas más grandes del mundo: una en medio del desierto más árido del planeta, la otra en medio de la Cordillera de los Andes (me refiero a Chuqui y Teniente).
Al mismo tiempo, la misma compañía y el mismo país pretende expandir significativamente su operación minera en el distrito cuprífero más rico del mundo (me refiero a Andina) en condiciones tremendamente adversas, en medio de la cordillera, constituyéndose en la operación minera en condiciones de alta montaña más grande del mundo.
Para lograr estos desafíos, Codelco va a tener que movilizar una escala de recursos humanos, tecnológicos, talento, ideas, rigor científico y trabajo del más alto nivel de calificación, como nunca antes en la historia de Chile. Esto es una realidad, no es grandilocuencia ni exageración. Ese es el desafío que tenemos como compañía y el desafío que tenemos como país.
En un discurso que di hace poco en Sewell recordaba cómo había comenzado El Teniente, seis décadas antes de la nacionalización del cobre. En un recuadro de 15 por 10 centímetros, el 8 de octubre de 1905, en el diario La Voz del Pueblo -periódico que circulaba en Rancagua, Graneros y La Compañía- la Braden Cooper Company anunciaba: "se necesitan más de 150 carretas". Esas carretas eran para subir más de cuatro mil toneladas de equipos, madera y materiales; para levantar e iniciar la operación del Mineral El Teniente... en carreta.
Hasta 12 días podía durar el viaje en esas carretas con ruedas de madera y tirada por 12 bueyes. En mi visita a Sewell tuve el gusto de conocer a un descendiente de los carreteros, que luego fue minero al igual que su padre.
En 1971, cuando se nacionalizó la mina. Se habían instalado dudas de que los chilenos fuéramos capaces de producir sin la asistencia y dirección de ejecutivos e ingenieros extranjeros. Pese a todos los pronósticos de agoreros- los ingenieros, técnicos y obreros chilenos tomaron las riendas del mineral y lo sacaron adelante. No sólo eso, un hecho que mucha gente no sabe, es que el año posterior a la nacionalización del cobre fue un año record en la producción minera de El Teniente. Ese era el nivel de compromiso que tenían los trabajadores chilenos con los desafíos del país.
Por cierto que la escala de la minería de hoy eclipsa en tamaño todas estas historias del pasado, pero no la eclipsa en términos de la escala e importancia del desafío. De ninguna manera.
Codelco está embarcado en el desarrollo de proyectos estructurales que le permitirán mantener su posición de liderazgo en la minería mundial. Esto exige recorrer un camino lleno de desafíos técnicos y de gestión, que nunca en el pasado una empresa chilena ha tenido que enfrentar.
Es una gran oportunidad para desarrollar en el país capacidades de ingeniería, innovación tecnológica y de gestión; fomentando el desarrollo de capital humano y el conocimiento experto. Este desafío nos exige que reforcemos nuestras capacidades de gestión de proyectos, analizando y fortaleciendo la organización interna para acometer con éxito estos proyectos. Es un camino que tendremos que recorrer junto a los trabajadores, ingenieros y ejecutivos de la compañía. Pero también junto a las empresas locales que nos proveen insumos y servicios; junto a las universidades y centros de formación técnica locales, especialmente las estatales; junto a los colegios; junto a las comunidades y autoridades locales; junto a la sociedad completa.
Este calibre de desafío sólo se puede enfrentar colectivamente, el mito de que depende de la voluntad y genialidad de una persona, es, si me lo permiten, una forma de fetichismo del individualismo que está superada por la historia.
Dije hace unos minutos que Chile no sería el mismo sin Codelco. Quiero ahora agregar que el futuro de Chile, las grandes transformaciones que imaginamos en educación, en salud, en nuestro sistema de protección social, no son posibles sin Codelco, sin su capacidad de aportar año a año recursos en beneficio del Estado. El futuro de Chile no será el mismo sin Codelco.
Por eso digo que necesitamos el apoyo de los parlamentarios, del gobierno, de la sociedad chilena. No es una frase. Quiero ser transparente y sincero. No vamos a poder llevar adelante las inversiones si no conseguimos ahora un consenso similar al que tuvo la nacionalización del cobre.
Los diputados nos han solicitado que hablemos sobre el tema de financiamiento de Codelco. Estoy seguro de que me comprenderán cuando les diga, con mucha transparencia, que no me es posible como presidente del directorio hacer anuncios respecto de las decisiones del Estado, que es nuestro dueño. Eso le corresponde hacerlo a las autoridades del Ejecutivo.
Lo que yo les puedo decir tiene que ver con la situación financiera de Codelco hoy. Es lo siguiente, pero quedo a disposición de ustedes para profundizar estos antecedentes sí que ustedes lo estiman necesario.
Primero, Codelco tiene un plan quinquenal (el famoso PND 2014-2018 que significa plan de negocios y desarrollo, por si acaso) que involucra una inversión anual promedio del orden de US$ 4.500 millones por año durante el próximo quinquenio. Esa inversión incorpora todos los proyectos mencionados y otros más que no clasificamos como "estructurales", pero que también son importantes para dar continuidad a las operaciones de la compañía.
Segundo, con la política de deuda vigente hoy y aprobada por el Directorio, alrededor de US$ 1.700 millones por año serán financiados con deuda, US$ 2.000 millones serán financiados con recursos propios, amortizaciones y depreciación, y los US$ 800 millones restantes como promedio anual constituyen la solicitud de recursos de capitalización que se ha hecho. Estas cifras son promedios anuales, puesto que en el marco del PND 2014-2018 hay cambios año a año. Algunos años se necesita más y otros menos.
Tercero, Codelco es una empresa sana desde un punto de vista financiero, con una cartera de activos y prospectos de negocios atractivos y rentables. Llenos de desafíos, por cierto, como ocurre con todos los negocios del rubro, pero atractivos.
Cuarto, Codelco es una empresa minera que históricamente ha sido poco capitalizada. Si uno toma un período largo, descubre que el promedio de las empresas mineras comparables tiene un nivel de capitalización del orden de 50% de sus excedentes. En el caso de Codelco, esa cifra está en torno al 10%, quizás un poco menos dependiendo del período que uno analice.
Quinto, esto ha implicado que Codelco ha tenido que hacer uso, en forma intensiva, de los mercados de bonos. En la actualidad tenemos una deuda en bonos que bordea los US$ 12 mil millones, lo que corresponde, aproximadamente al valor del patrimonio en libros de la compañía. Este nivel de endeudamiento continúa siendo consistente con que la compañía sea "Investment Grade": esto es, elegible para inversionistas institucionales con alta aversión al riesgo y restricciones regulatorias, lo que solamente les permite invertir en compañías de la más alta calidad.
Sexto, de perder la compañía su categoría de Investment Grade, lo que ocurría es que se achicaría el universo de inversionistas potenciales, se subirían las tasas que pagamos por nuestra deuda, y se aumentarían los costos financieros, que son parte de los costos de producción de cobre.
Séptimo, de copar la compañía su espacio de endeudamiento en el marco de conservar la categoría de Investment Grade, quedaría con menos márgenes de ajuste ante contingencias financieras que puedan resultar de caídas inesperadas en el precio del cobre o alzas inesperadas en costos de insumos.
Sin embargo, estoy optimista. Cómo pueden ver, el desafío de financiamiento de Codelco es relevante, pero están todas las condiciones para que se resuelva de una manera virtuosa para la compañía y para el Estado. No sólo por el compromiso explícito del Gobierno que encabeza la Presidenta Michelle Bachelet, sino también por el apoyo y cariño que tienen los chilenos por Codelco. Ser una empresa pública es, en este sentido, una ventaja y una oportunidad.
Pero, quiero ser claro, el desafío de financiamiento es importante y es una condición necesaria pero no es suficiente. No basta con el financiamiento.
En Codelco estamos convencidos de que una empresa pública puede ser líder y de excelencia, que la participación activa de los trabajadores en el Directorio debe ser un ejemplo virtuoso. Una compañía de vanguardia, de excelencia, de futuro no puede ser entendida como una batalla perpetua entre intereses, si no como una comunidad productiva y creativa.
Codelco tiene la responsabilidad de mostrar el camino hacia otra fase de nuestra economía y de nuestra sociedad, que supera los antagonismos del pasado y nos proyecta hacia el futuro. No se trata de competir con las empresas privadas, sino demostrar que una empresa 100% estatal puede ser líder mundial, eficiente, responsable y exitosa en todos sus ámbitos.
Tenemos también que ser un ejemplo para demostrar que las empresas que destacan a nivel mundial basan su gestión sobre valores claros, como el respeto a la vida y la dignidad de las personas. En este sentido, la primera prioridad es mantener el esfuerzo realizado en seguridad y salud ocupacional, que hoy nos permiten por primera vez completar casi 10 meses sin accidentes fatales.
Estos son los grandes desafíos que como Directorio hemos transmitido a quienes desean dirigir Codelco. Nos encontramos en las fases finales del proceso de selección del nuevo Presidente Ejecutivo, donde hemos evaluando a más de 20 interesados: algunos han postulado por su cuenta, otros han sido propuestos y otros los hemos buscado. Hay altos ejecutivos de la minería, de otras empresas y también destacados mineros internacionales. Todos ellos nos han transmitido que, a pesar de que Codelco es una empresa que por su carácter público tiene remuneraciones mucho menores a las de mercado a nivel gerencial, lo que les atrae es su prestigio y la posibilidad de aportar a estos enormes proyectos mineros.
El haber conducido este proceso como un concurso abierto al que cualquiera podía postular, prestigia a la compañía, pues la saca de la lógica de las designaciones entre cuatro paredes que nuestro país necesita superar. Esperamos que esta lógica de transparencia y apertura, a futuro, se extienda a lo largo y ancho de la empresa.
En pocos días anunciaremos el nombre que se hará cargo de la Presidencia Ejecutiva, luego de un proceso que como dije ha sido abierto, riguroso, pero también bastante veloz si se le compara con situaciones similares en corporaciones de este tamaño e importancia. No ha sido una tarea simple, porque hemos tenido también que entender, considerar y conversar condiciones que algunos candidatos han propuesto.
Además, ha sido necesario que el Directorio pase por un proceso de reflexión, entrevista y comparación de puntos de vista que han ido aceleradamente convergiendo hacia la decisión final. Lo digo con mucha franqueza, aquellos que creen que este era un proceso que estaba listo antes de hacerse, que ni siquiera era necesario pasar por un proceso, si no simplemente reunirse entre cuatro paredes y designar autoritariamente a un nombre, sin considerar a nadie más, a mi juicio, se equivocan. Se equivocan respecto a lo que es posible y se equivocan respecto a lo que es deseable.
Nuestro nuevo Presidente Ejecutivo o Presidenta Ejecutiva tendrá como primera misión profundizar los avances logrados en los últimos años en seguridad, eficiencia, productividad y costos. Entendemos que cuando Codelco pide recursos al Estado, implica que, en el corto plazo, habrá menos recursos disponibles para financiar programas sociales e ir en ayuda de las chilenas y chilenos que más lo necesitan.
Frente a esta realidad, sólo tenemos dos formas de responder. En primer lugar, invertir en proyectos rentables y cumplir los plazos y los presupuestos durante su construcción. No es fácil ni simple administrar una cartera de proyectos de más de 23 mil millones de dólares, pero nuestro desafío es lograr las menores desviaciones posibles frente a lo comprometido con el Estado.
En segundo lugar, vamos a avanzar hacia la meta de ser la empresa minera de cobre más eficiente y productiva del mundo, cerrando las brechas que nos alejan de este objetivo. Codelco debe terminar este 2014 con menores costos de producción que el año anterior, logro que ya concretó en 2013. De esta forma, el menor precio del cobre tendrá un menor impacto sobre los recursos que se generan para el Estado.
Nuestro compromiso también es cumplir las metas de producción para superar las 2 millones de toneladas de cobre fino por año al 2025 y, de esta manera, mantener el liderazgo como primer productor del mundo.
Asimismo, debemos seguir avanzando en innovación para buscar nuevas formas de hacer, de imaginar y abordar nuestras tareas. No es fácil en una minera con operaciones de más de 100 años, pero explorar ideas e introducir quiebres innovadores debe formar parte de la cultura de Codelco. Los jóvenes, las nuevas miradas, tienen que ser acogidos e incentivados.
Lo más importante, es que todo esto lo tenemos que hacer a través de un acuerdo amplio entre trabajadores, profesionales y ejecutivos. Y también con las comunidades que nos rodean. El conflicto, la desconfianza, la mirada pequeña, desgastan y retrasan los avances de la compañía. No podemos perder tiempo, porque las urgencias de Codelco no lo permiten.
Estimados diputadas y diputados miembros de la comisión de minería, el mayor valor de Codelco no está en sus yacimientos, ni en sus equipos o recursos mineros. El mayor valor de la compañía está en sus trabajadoras y trabajadores, en sus profesionales, en la mística y camiseta que ponen cada día para arrancar el cobre y enfrentar las adversidades; para empujar hacia el fondo de la tierra o hacia las estrellas persiguiendo riquezas para Chile y su pueblo.
Su empuje y coraje nos permitirán enfrentar este período histórico de la empresa con una mirada grande, sin defensas corporativas, egoísmo o enfoque cortoplacista.
Es por ello que, junto con Presidente Ejecutivo interino, hemos decidido acoger la disposición al diálogo manifestada por los trabajadores e impulsar la conformación de Mesas de Convergencia Técnica en las divisiones y a nivel corporativo, donde participen los representantes de los trabajadores y supervisores en conjunto con representantes de la alta gerencia de la compañía, para abordar los desafíos que plantean los proyectos estructurales mineros.
Estas Mesas de Convergencia Técnica deberán tener los siguientes objetivos:
Primero, construir las confianzas necesarias, las convicciones requeridas y los consensos posibles respecto de los proyectos estructurales de la compañía y de cada división. A nuestro juicio este es un paso clave, necesario para viabilizar estos desafíos.
Segundo, analizar en forma sincera, abierta y constructiva las implicancias que estos proyectos tienen para las dotaciones de trabajadoras y trabajadores de Codelco, buscando compatibilizar nuestro compromiso con ellos, nuestro respeto por sus puntos de vista y sus necesidades, con el mandato del Estado de producir excedentes y recursos para el pueblo de Chile.
Tercero, discutir cómo avanzar en forma acelerada hacia convertir a Codelco en una compañía modelo en términos de la igualdad de oportunidades y la eliminación progresiva de las discriminaciones por género o hacia la diversidad sexual.
Cuarto, discutir cómo volver a impulsar el rol de Codelco como una compañía líder en innovación, ciencia y tecnología. Pero, particularmente en cómo involucrar en esos procesos de innovación a sus trabajadores. Codelco debe ser un pilar y un ejemplo para proponerle a la sociedad chilena completa una nueva forma, no elitista, de entender su relación con la ciencia, la tecnología y la innovación.
Quinto, discutir la manera en que Codelco deberá abordar la sustentabilidad social y ambiental de sus proyectos de inversión, reconociendo que nuestro país ha cambiado y que espera más de nuestra compañía. Particularmente, espera que nos constituyamos en un ejemplo para el sector privado. Mi recomendación es que en este aspecto de la discusión se convoque y escuche a las organizaciones locales para nutrirse de su punto de vista.
Esa es la invitación y la disposición que existe. Aprovechando una frase que ha sido usada en otras ocasiones, llamamos a un dialogo aquí y ahora.
Esta es la forma de estar a la altura de lo que los chilenos esperan y exigen de su principal empresa. Es la única manera también de cumplir el compromiso del Presidente Frei Montalva de que "el interés de Chile, representado por el Estado chileno, sea el que diga siempre la palabra directora, respecto al comercio, respecto al destino y las condiciones en que se va a trabajar los productos chilenos en nuestro país". Y cumplir también con el compromiso del Presidente Allende asumido en Rancagua el 11 de julio del 1971, cuando adelantó que el cobre chileno permitiría construir un Chile distinto y una sociedad nueva.
Muchas gracias,
Oscar Landerretche
Presidente del Directorio
Codelco-Chile