Naomi Estay y Omayra Toro, dos alumnas recién egresadas del Liceo 1 Javiera Carrera, visitaron las instalaciones de la filial de Codelco, BioSigma, para conocer el proceso de biorremediación del cobre. Las estudiantes ganaron la Feria Antártica Escolar 2012 y la Junior Water Prize 2013, competencia científica internacional que se lleva a cabo en Suecia.
Santiago, 30 de enero de 2014.- El 2011 fue el año en que Naomi y Omayra comenzaron a interesarse por la ciencia. Tenían 16 años. Motivadas por su profesora de biología, Roxana Nahuelcura, presentaron su primer proyecto con el que pretendían clasificar a la Feria Antártica Escolar, el encuentro científico juvenil que tiene como finalidad encontrar respuestas a los enigmas que aún guarda la Antártica.
A pesar de que en esa oportunidad no les fue bien, estas dos alumnas del Liceo 1 no perdieron las ganas de seguir adelante y en 2012 presentaron un segundo proyecto: Búsqueda de microorganismos antárticos, capaces de degradar fenantreno para uso en biorremediación de suelos y aguas contaminadas con hidrocarburos aromáticos policíclicos. En términos simples, Naomi y Omayra buscaban en el Continente Blanco una bacteria capaz de degradar el fenantreno (petróleo) y de esta manera purificar el agua y la tierra contaminadas.
Esta vez noo sólo clasificaron a la Feria Antártica Escolar sino que obtuvieron el primer lugar, lo que les permitió visitar el Continente Blanco y postular al Junior Water Prize, feria científica que reúne los mejores proyectos a nivel mundial y que tiene lugar en Suecia. Allí, Naomi y Omayra se vieron enfrentadas a representantes de 28 países, entre los que se encontraban Inglaterra, Japón y Rusia. Las chilenas nuevamente obtuvieron el primer lugar.
Recordando todo el proceso, Omayra comenta que "el que no nos resultara el primer proyecto fue una caída muy grande, porque pensábamos que íbamos a clasificar. Nosotras podríamos haber dejado todo de lado, pero ahí estuvo la motivación, el trabajo de por medio y la perseverancia, especialmente de nuestra profesora. Nos sirvió para tener más aprendizaje y tolerancia a la frustración, al final nuestro trabajo logró tener buenos resultados". Naomi, en tanto, señla que "el primer proyecto no lo veo como un fracaso, de hecho aprendimos mucho. Creo que todo lo que nos pasó nos ayudó y en lo personal lo que más rescato son los valores que adquirimos y el aprendizaje".
Inteligencia y creatividad, pero también perseverancia
Esta semana, las jóvenes acompañadas por su profesora y dos compañeras más, Estrella Calderón y Reynalda Zárate, ganadoras de la versión 2013 de la Feria Antártica Escolar, visitaron el laboratorio de biominería BioSigma, filial de Codelco. Ahí tuvieron la posibilidad de conocer las instalaciones de la empresa y compartir experiencias con biólogos y bioquímicos, quienes les explicaron el proceso de recuperación de cobre que aplican en Codelco.
"Quedé gratamente sorprendida, yo pensaba que en Codelco existía mucha tecnología pero no tenía idea que trabajan con la biorremediación y que utilizaban los procesos naturales que existen en las bacterias y microorganismos para estos procesos", dice Roxana, la profesora de biología. En tanto, Omayra señala que "cuando uno piensa en Codelco lo asocia sólo a la explotación minera. Es bueno saber que están haciendo cosas que son un aporte al medio ambiente y a la misma industria".
La bioquímica y gerente general de BioSigma, Pilar Parada, fue la encargada de recibir a estas estudiantes y de explicarles cómo la empresa utiliza la biotecnología en la minería para rescatar cobre de los residuos. "Me impresiona que hayan profesores que hagan la diferencia, porque finalmente la calidad de la educación va a ser mejor en función de que existan personas como Roxana, que motiven a sus alumnos, porque potencial en nuestro país hay mucho. También es necesaria la perseverancia, pues si bien es importante ser inteligente y creativo, no hay que desalentarse frente a las dificultades, al final esa es la gente que llega lejos", asegura Pilar.
Vocación científica
Naomi y Omayra están recién egresadas de cuarto medio, Naomi entró a estudiar medicina a la Universidad Católica y Omayra hará un preuniversitario todo este año para el próximo entrar a ingeniería en recursos naturales.
Por su parte, Reynalda quiere estudiar bioquímica y Estrella aún no se decide, pero está enfocada en el área de la investigación científica. Estas cuatro jóvenes descubrieron su interés por el mundo de la ciencia principalmente gracias a su profesora, con quien han compartido y generado verdaderos lazos. "La buena relación se va dando de manera natural porque uno pasa mucho tiempo con la profesora y ahí te das cuenta que son personas también –ríe-. Esta situación hace que uno cree lazos, porque a lo largo del proyecto se presentan muchas dificultades y la comunicación y el apoyo son fundamentales, se necesita saber que la otra persona está ahí", relata Estrella Calderón.
Mentalidad sustentable
En los últimos años, el Liceo 1 Javiera Carrera se ha destacado por participar en iniciativas científicas. Como estas estudiantes, han habido otras que han ganado y participado en concursos y ferias, como el proyecto que hace un par de años envió chinitas al espacio.
Estos logros se han podido alcanzar gracias a la entrega y compromiso de profesores y alumnas, que sin contar con un laboratorio propio, han sabido crear redes de apoyo para materializar sus proyectos. Y en ese proceso los docentes han sido los encargados de guiar y apoyar a las niñas.
"Mi finalidad no es que las niñas ganen ferias ni torneos, sino que ellas logren crear una consciencia ciudadana de los recursos naturales y de las riquezas de su país, que generen una mentalidad sustentable. Mi objetivo es que se preparen lo más posible, que viajen y que estudien en diferentes partes, pero que sean capaces de volver y hacer ciencia en Chile, para que nuestro país sea una potencia, porque el capital humano e intelectual está", dice convencida Roxana Nahuelcura.
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