El giro del puente apilador es una compleja maniobra que se realiza aproximadamente cada 45 días. Es un proceso que regularmente tarda hasta 18 horas, tiempo que los grupos de Operación Planta, con planificación y aplicación de la metodología C+ (Lean Management) buscaron optimizar, logrando un récord en la ejecución de esta maniobra.

Una fina planificación y coordinación entre operadores, mantenedores y personal de apoyo, permitió hacer la tarea en sólo 10 horas y media. El trabajo fue liderado por Carlos González, ingeniero de turno de Operaciones Planta, Chancado y Apilamiento, Área Seca, quien comprende que esto genera altas expectativas y compromisos a futuro para mantener o incluso mejorar los tiempos.

“Nuestra idea es hacer las cosas bien, a la primera y sobretodo con seguridad. En esta oportunidad hicimos algunos ajustes para optimizar el proceso e intentar hacerlo en 14 horas, pero gracias a una buena coordinación previa de nuestro grupo y el compromiso de cada integrante, logramos superar esa meta”, enfatizó González.

Resaltó además que las labores previas de planificación y preparación, que involucró una coordinación con el área de topografía, con el equipo de aseo y con el personal a cargo de los equipos pesados, fueron fundamentales para el buen cometido del movimiento, pues permitió que la zona estuviera limpia y despejada.

Nelson Salazar, gerente Planta, destacó la forma de enfrentar el trabajo de los grupos de operación que han visto cómo Lean C+ permite logros hacía la excelencia y en este caso saber que el disminuir los tiempos es un factor clave para las metas trazadas. “Por ejemplo disminuir 4 horas, significa que en el año tenemos ganados 1,5 días más aproximadamente de disponibilidad en la planta, lo que equivale a 200 mil toneladas de apilamiento y esto suma a nuestro gran desafío que es ir aumentando capacidad””, enfatizó Salazar.

Sebastián Vásquez, Operador de Área Seca, encargado de dirigir la maniobra de giro, señaló también otros factores que incidieron en el exitoso procedimiento “Un ejemplo de esas pequeñas actividades es el chequeo del estado de la oruga, ya que ahora hay un responsable de revisar que esté en buenas condiciones mecánicas para realizar la tarea”, indicó.