Distrito Norte de Codelco impulsó la actividad para reforzar aspectos como la empleabilidad, uno de los principales focos de su gestión comunitaria.
Orgullosa y emocionada se mostró Sabina Ayarza de 36 años, quien participó del curso Dirección y Control de Maniobras de Izaje en Montaje Industrial – Rigger. Para ella significa una oportunidad de mejores expectativas para su futuro y el de su familia. “Mi idea es que esto me ayude a tener estabilidad laboral, lo que me hace pensar en un futuro más tranquilo junto a mis hijas. Tengo tres y la mayor casi por entrar a la universidad, así que es importante para mí como mujer y mamá estar mejor preparada para encontrar un trabajo y con ello ser un ejemplo de perseverancia para ellas” expresó.
El programa de Becas Laborales está directamente en línea con la Norma de Inversión Comunitaria de Codelco y específicamente en el eje de Capital Humano. Con esto, el Distrito Norte busca capacitar a vecinas y vecinos en diversos oficios vinculados a la minería u otras actividades, siempre con la mirada de incrementar las opciones de empleabilidad de las personas que viven en Calama y en otras localidades cercanas a las operaciones.
“Nos llena de orgullo saber que este es un trabajo colaborativo, en el que el Distrito Norte pone a disposición una herramienta que se complementa con el esfuerzo, dedicación y el desafío permanente de salir delante de cada una y cada uno de los alumnos. El trabajo coordinado y en equipo siempre da buenos resultados y así seguramente se verá reflejado en este caso en el que nuestras vecinas y vecinos contarán con nuevas herramientas personales para poder incrementar sus oportunidades de empleabilidad y así mejorar su calidad de vida y la de sus familias”, explicó el gerente de Asuntos Comunitarios y Sustentabilidad del Distrito Norte, Claudio Flores.
Fueron 80 personas beneficiadas con este curso que se dividieron en cuatro módulos de acuerdo a las características del grupo, como jóvenes, dueñas de casa y trabajadores. Todo pensado para lograr el cumplimiento de asistencia y participación.
Janner Fernández de 35 años y de nacionalidad colombiana, valoró la experiencia. “Superarse como persona y trabajador es muy gratificante, me sirvió para ver nuevas ofertas de trabajo con mejores expectativas y ya estoy poniendo en práctica lo que aprendí, porque soy rigger de una empresa minera, así que siento que el sacrificio tiene sus recompensas, luego del trabajo iba al curso de manera vespertina, así que ahora estoy contento de haber culminado y de tener estos conocimientos”.