Llareta

En el 2008, División Andina inició la puesta en marcha su proyecto“Despacho de drenaje para utilización externa”, aprobado en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).

Algunas de sus obras en el sector de Riecillos Alto implicaron la remoción de 55 plantas de llareta (Laretia Acaulis), un arbusto nativo de Chile Central que crece en la cordillera entre los 2.300 y 3.000 metros de altura, y que hoy presenta riesgos de extinción.

En el contexto de los compromisos adquiridos en la tramitación del proyecto en el SEIA, Andina se comprometió a financiar un estudio de germinación y crecimiento en vivero de esta especie y la posterior plantación de ellas en terreno, con lo que se iba más allá de la medida tradicional de compensación por transplante.

El estudio se llevó a cabo desde enero del 2006 a febrero del 2008 en las instalaciones del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA-INTIHUASI, en la IV Región. Era una experiencia de germinación en laboratorio innovadora y que, tras dos años de desarrollo, resultó ser exitosa.

Sus buenos resultados impulsaron la etapa final de plantación de 98 “individuos” de llareta en el sector de Riecillos Alto, con el fin de completar el estudio y determinar las características de sobrevivencia de la llareta en cordillera.

Así, en febrero del 2009 se cercó el sitio seleccionado, se plantaron las especies, se instaló un sistema de riego automatizado (una línea de unos 50 metros de largo con un gotero cada metro) y, ya en marzo, comenzaron los procesos mensuales de monitoreo y evaluación del ensayo, en que se determina el número de plantas vivas, su diámetro, altura, etc. Esta etapa adicional tomará un año.

Nuestro objetivo va más allá de cumplir con la legislación vigente o los compromisos con la autoridad”, explica Pamela Samame, ingeniero de la gerencia de Sustentabilidad de Andina. “Queremos, por un lado, contribuir al conocimiento sobre la biología de esta especie tan relevante en nuestros sectores cordilleranos. Por otro, esta clase de iniciativas forman parte de una conciencia ambiental integrada plenamente al negocio de Andina, en donde los intereses de las comunidades y del entorno están protegidos y las riquezas que obtenemos como empresa del cobre no se traducen en el deterioro de la calidad de vida de las personas y el ambiente. Desarrollamos una gestión integral, sustentable y responsable, en que incluso realidades aparentemente tan lejanas como la llareta tienen un lugar”, expresa.