Qué desafíos plantea el avance tecnológico al propio minero. Opinan el director de Gestión del Conocimiento Tecnológico, Luis Castelli, y el presidente de la FTC, Raimundo Espinoza.
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Que la tecnología minera ha avanzado a pasos agigantados en la última década es evidente. Automatización, control remoto, tecnologías de la información son conceptos que se han ido haciendo familiares en el lenguaje cotidiano de la minería. Pero, ¿cómo se adapta el minero a esos desafíos? ¿Qué exigencias le plantean estos avances?
Cuatro son las principales dimensiones que la tecnología y la innovación han remecido en la actividad minera. Para Luis Castelli, Director de Gestión del Conocimiento Tecnológico de Codelco, la innovación tecnológica le ha cambiado la vida al minero en varios sentidos Primero, si bien los procesos son similares, las funciones que desempeña hoy no son iguales a las que hacía antes. La tecnología, por ejemplo, ha permitido llevar adelante procesos a distancia, con mayores elementos de seguridad y control.
Por eso mismo, y como segundo factor, aparece la importancia de la preparación. “Se puede contar con la mejor tecnología, pero si la gente no esta bien preparada para entenderla y usarla, se pierde la inversión”, precisa el ejecutivo. Este mayor entendimiento del proceso tecnológico le otorga un mayor plus al propio trabajador, aumenta su empleabilidad, lo abre a otras posibilidades de trabajo, incluso, no solamente en el ámbito minero.
En tercer término, se da una mayor posibilidad para que el minero se comunique más con otros al realizar su labor, integrándose más al concepto del negocio y agregando valor desde su posición. Todo esto no es algo rápido, se trata de procesos que requieren una buena cuota de adaptabilidad tanto de trabajadores como de la empresa. “La bueno es que si se hacen en forma planificada llegan a ser exitosos, donde cada uno aporta su parte. Siempre integrando las opiniones de los que hacen el trabajo”, precisa Castelli.
Uno de los desafíos que entrega la innovación tecnológica es la necesidad de una adaptación constante, la tecnología avanza rápido y entre un cambio y otro pueden pasar uno o dos años, y no diez como era antes. Por ello es vital contar con gente más preparada. El ejecutivo es claro: “La tecnología en sí no hace el cambio cultural. El cambio se produce cuando la gente se da cuenta de que adaptarse es siempre para mejor”.
Un cuarto aspecto a desarrollar es la profunda mejora en la calidad de vida del minero, particularmente al bajar los tiempos de desplazamiento, lo que le ofrece contar con mayor tiempo para sí mismo y para compartir con su familia. Se abren así espacios que antes no existían.
Raimundo Espinoza, presidente de FTC, comenta que para enfrentar la innovación tecnológica los trabajadores deben ser creativos para desarrollar alternativas y fórmulas. “Cuando se inauguró la expansión productiva de Andina que cuenta con un sistema científico que funciona con bacterias, la presidenta Bachelet nos bromeaba que las bacterias no tenían sindicato. Pero, claro, como le dijimos a la ministra de Minería, a las bacterias hay que “pastorearlas”. Y los “pastores” tienen sindicato. Por eso, tenemos que estar siempre pensando en el desarrollo de la empresa de aquí a diez, quince, veinte años”.
Espinoza destaca que los trabajadores hoy cuentan con un altísimo nivel técnico y manejan ópticas amplias que les permiten observar con claridad un proyecto, saber coordinar sus costos, sus procesos administrativos, sus necesidades de innovación y los desafíos que se deben enfrentar en el mediano y largo plazo. “Se ha evolucionado en todo sentido”, subraya.