-Junto con informar de la normalidad productiva en Codelco, salvo en División Salvador, el Presidente Ejecutivo de la empresa afirmó que las conversaciones se retomarán cuando terminen los actos de violencia.

-“No han habido conversaciones en el día de hoy. Estamos esperando que el acuerdo de deponer la violencia se cumpla”, sostuvo.

El Presidente Ejecutivo de Codelco, José Pablo Arellano realizó esta tarde un balance productivo de la empresa, donde indicó que todas las Divisiones de Codelco, a excepción de Salvador, se encuentran trabajando normalmente. Añadió que, aunque las mermas productivas no sean significativas, de todas formas son graves, ya que “son pérdidas para todos los chilenos”.

Arellano informó que en Codelco Norte la “operación es normal; Andina opera de acuerdo al régimen de invierno que implica un menor desplazamiento de personal; en El Teniente hay una producción prácticamente normal, con sólo un 15% de los trabajadores contratistas sin asistir a las faenas, y en Ventanas tenemos actividad plenamente normal”.

Respecto de la División Salvador, en la III región, señaló que “tenemos dificultades y no estamos pudiendo llevar adelante la actividad productiva normal, porque los accesos a la división están tomados”.

El Presidente Ejecutivo de la estatal se refirió al efecto de las movilizaciones en los proyectos en construcción, que si bien no tienen un impacto productivo inmediato, si lo tendrían en el futuro. “En Andina, por ejemplo, se está atrasando el proyecto de ampliación”, explicó refiriéndose a la Fase I de Nueva Andina en cuya construcción, que dura 3 años, trabajan varias empresas contratistas especializadas. ”Cuando hay dificultades de acceso a la división, implica que los trabajadores no puedan desplazarse normalmente, lo que retrasa el proyecto. Eso nos preocupa, porque es el futuro de crecimiento en esa división”, dijo.

Arellano declinó comentar el monto que la empresa dejará de ganar, enfatizando que “hoy estamos ocupados en sacar adelante la producción y, pese a las dificultades que se han generado en algunos lugares, los esfuerzos de los trabajadores de Codelco, como los de las empresas contratistas, son destacables y las pérdidas son las mínimas”. Mantener la producción “es nuestro principal esfuerzo”, reiteró Arellano, aclarando que no podía asegurar que se cumplirían los programas de producción, como sí se logró la semana anterior, con 31.900 toneladas de cobre fino.

“Más allá de cuánto son las pérdidas, lo grave es que tengamos esas pérdidas. Y como Codelco es una empresa de todos los chilenos y cuando Codelco no está pudiendo aprovechar su capacidad productiva, son todos los chilenos los que pierden”, insistió.

Los acuerdos deben cumplirse

Arellano señaló que durante el día de hoy no ha sesionado la mesa de trabajo con la coordinadora de contratistas que encabeza Cristián Cuevas, suspensión que se explica por las acciones de violencia registradas en División Salvador.

El ejecutivo señaló que “durante días pasados ha sesionado una mesa de diálogo tripartita que llegó a algunos acuerdos y, entre ellos, uno muy importante para nosotros: el rechazo de actos de violencia y el compromiso de deponer acciones de violencia que interrumpen las actividades productivas”. Para José Pablo Arellano, el acuerdo no fue plenamente respetado en Salvador y por eso “no han habido conversaciones en el día de hoy. Estamos esperando que ese acuerdo se cumpla y que todos pongamos de nuestra parte para reponer las conversaciones”.

Respecto de las peticiones de los trabajadores contratistas, informó que “Codelco no puede pagar un bono a los trabajadores contratistas; ellos son trabajadores de las empresas colaboradoras”, reiterando, como en otras ocasiones, que la Corporación no negocia a través de la prensa. “Los detalles de las conversaciones, para que tengan éxito, prefiero que se radiquen en las mesas de diálogo. Ahí se conversarán los temas, entre Codelco, las empresas contratistas y los dirigentes”.

Consultado nuevamente sobre cuándo se retomarían las conversaciones, José Pablo Arellano señaló que el diálogo supone que “los acuerdos previos que hayamos firmado, en particular este de deponer la violencia, se cumplan”.