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Con nostalgia de Chuqui

Fue hacia 1917 cuando las primeras casas de Chuquicamata aparecieron sobre el desierto al norte de Chile. Eran tiempos en que la extracción de cobre estaba en manos de empresas norteamericanas y el país instalaba las bases de lo que sería su más importante fuente de desarrollo: la gran minería del cobre.

 

Hoy, 92 años después, el que fuera el campamento minero más grande de Chile -y alguna vez el más moderno de América latina- está casi vacío. Unas 24 mil personas lo habitaron allá por la década del 70; con el tiempo fueron quedando menos y, en el que se ha conocido como proyecto Traslado Calama, unas 3 mil familias dejaron atrás Chuqui desde el 2001 a la fecha. Todo para dar cabida al futuro de un yacimiento que se ha hecho gigante y que le debió pedir prestado su lugar al campamento.

 

Desde el 26 de agosto al 01 de septiembre, los chuquicamatinos se han llenado de fiestas para despedir a su ciudad campamento y celebrar sus 92 años (ver recuadro). Enmedio de esas celebraciones, conversamos con algunos de ellos, y estos son sus testimonios:

 

Sara Alvarez Santander


“Yo nací en 1946 en Chuquicamata, viví toda mi vida aquí hasta que me trasladé a Calama. Tuve la fortuna de trabajar aquí 25 años en la subgerencia de Ingeniería y Desarrollo, que fueron los años más lindos de mi vida. Y ahora siento una pena enorme y de vez en cuando veníamos a la iglesia, a ver los diferentes sectores donde habíamos vivido y ahora ya no vamos a poder hacerlos, porque ya lo cierran. Tengo sentimientos encontrados, pero aún así estoy muy agradecida de Chuquicamata”.

 

Helen Baseden


“Es increíble vivir estas actividades, pero a la vez es difícil pensar que esto desaparezca. Me alegré de ver que estaba pintado el comercio, que algo va a sobrevivir de lo que había y que ojalá siempre permitan entrar. Es bonito ver que le han dado importancia al cierre y encontrarse con la gente amiga. Para mí tiene mucho significado, porque mi abuelita trabajo en el hospital de Chuqui, mi tía en la pulpería, mi mamá en teléfonos del hospital, mi papá llegó como gerente de negocios en la Chile Exploration Company. Después me casé en la Iglesia El Salvador y allí bauticé a mis hijas. Trabajé en Codelco y recibí mi Reloj de Oro y hace doce años me fui a Antofagasta”.

 

Liseth Vargas Aburto


“Nosotros vivimos 20 años en Chuquicamata y ahora venimos de Antofagasta, ya que nos fuimos el año 96. Supimos de estas actividades y nos organizamos como familia y me parece precioso, porque es algo que uno no va a vivir nunca más y los recuerdos que uno tiene son para toda la vida. La enseñanza que recibimos acá no la vamos a tener en ninguna parte nunca más”.

Luis Olivares López


“El cierre de Chuquicamata para mí es una pena muy grande, ver como el lugar donde yo nací, me crié, me eduqué y viví la mitad de mi vida, ahora ya pasa a la historia. Por una parte me alegro, porque va a pasar a la historia y nosotros que tuvimos la suerte de vivir acá vamos a ser testigos de este patrimonio nacional, ojala que después pueda ser declarado patrimonio de la humanidad, porque aquí se realizaron grandes cosas, entre ellas me recuerdo los campeonatos de fútbol, de box, los campeonatos nacionales de basketball, aquí se exhibió la primera película en Cinema’s Cop, que fue el “Manto Sagrado”, llegaron los mejores espectáculos de Santiago hasta acá, que se presentaban en el teatro Variedades. Lo que más siento que el nuevo hospital no haya conservado el nombre del antiguo, porque si quieren preservar lo cultural, lo artístico y lo arquitectónico, el nuevo hospital debería haberse llamado Roy H. Glover, Chuquicamata para mí significa mucho”.

 

Alberto Gajardo y Georgina Mondaca


“Nosotros sentimos mucha pena. Hemos venido para todas las despedidas o año nuevo, pero no queremos que esto termine. Nacimos y nos criamos aquí, hicimos las ostias durante 25 años para nuestra gente acá en la parroquia con el padre Enrique. Sentimos una tristeza y amargura tremenda, se nos hace un nudo en la garganta al saber que nuestra tierra natal no tendrá más actividad, porque tenemos muchos recuerdos”.

 

Gustavo Pizarro


“Lo que se hizo hoy, reunir a todo un mundo de distintas religiones, ha sido muy bueno. Lo mejor de Chuquicamata es que hay mucho sentimiento, las raíces mías están acá, ya que viví 40 años y me siento muy contento. Yo trabajé en la administración de los gringos, y por todo lo que pasé estoy feliz, porque tengo una buena familia, una buena mujer, buenos amigos, vecinos y compañeros de trabajo Les envío un saludo fraternal a todos los chuquicamatinos y a los calameños, quienes nos cobijaron, porque sea como sea tenemos que ser bueno vecino. Y muy agradecido de esta tierra, siempre dije “después de Dios, Chuquicamata”.

Ada Ramírez Miranda


“Estoy muy emocionada, porque se acumulan tantos recuerdos. Mi papá es una persona que entregó mucho no solo a Codelco, sino que a la comunidad chuquicamatina, él fue el fundador del conjunto “Almas Chilenas”, y estuvo en todas las actividades importantes que se hacían acá. Mis hermanos y yo me eduqué gracias a Chuquicamata, viví 30 años en el sector de Las Normac y trabajé en Codelco 9 años en las plantas de ácido sulfúrico y tengo un respeto por el trabajador minero. Y tengo emociones encontradas, porque uno ve tanta gente como solía ver en las fiestas importantes que había, pero sabemos que pasado estos eventos de cierre, esto va a ser un pueblo fantasma más en Chile, ojalá sea reconocido como patrimonio nacional, para que pueda perdurar en la historia de nuestro país, porque le entrega la riqueza y es el mineral más grande del mundo, y por eso cómo no voy a estar orgullosa de haber nacido acá, es emocionante”.

 

Bernarda López Cordero


“A pesar de no ser chuquicamatina, para mí este campamento es todo un tema porque la familia de mi madre sí lo eran. Mi abuelo fue uno de los primeros presidentes sindicales que hubo, entonces yo viví el tiempo de los americanos y lo único que quería era vivir en Chuquicamata, y estoy aquí hace 26 años, pero antes venía a veranear y con un grupo que teníamos, los “Puro Grupo” participamos en la Lisodech, el cual me eligieron candidata a reina y con las actividades que hicimos ganamos el año 80, y salí reina. Me trae hermosos recuerdos, lo pasábamos bien, creo que fueron los mejores momentos de mi vida, porque en el club Chuqui estábamos todo el día haciendo actividades cuando estaba Chuqui vivo, y me da mucha nostalgia que esto termine, pero muy agradecida”.

Santiago Portillo Carvallo
“Yo soy nacido y criado en Chuquicamata, y siento mucha nostalgia, porque estamos abandonando esta tierra, que nos vio crecer, nos vio estudiar, nos dio una profesión y nos dio trabajo. Además, nos dio hijos que nacieron aquí y también los educamos y nos dieron nietos. Es una maravilla, pero nostalgia que tenemos todos como familia y por eso venimos a despedirnos, porque este Chuqui nos dio mucho a nosotros; estamos muy agradecidos de él y muy orgullosos.”


Una semana para celebrar


El programa de actividades de Cierre del Campamento se vive con entusiasmo en Chuquicamata y Calama. Comenzó con una ceremonia ecuménica el domingo 26 de agosto, oficiada por el Párroco de la Iglesia El Salvador de Chuquicamata, Enrique Olive, y el presidente de la Fratenidad de Pastores de Calama, Israel Pinto, además de representantes de las iglesias Bautista y Metodista.

Autoridades civiles y militares fueron recibidas por los anfitriones de la jornada, liderados por el vicepresidente corporativo de Codelco Norte, Sergio Jarpa: “Este es un cierre emotivo; por eso partimos por agradecer a Dios todo lo que hemos recibido de Chuquicamata. Aquí formamos nuestras familias, han crecido nuestros hijos; por eso quisimos partir dando una muestra de agradecimiento”, dijo.

La jornada continuó con un recorrido por los 13 stand pertenecientes a organizaciones sociales históricas del Campamento, instalados en el Teatro de Variedades. Las Damas de Codelco Norte, Chuqui Ayuda a la Infancia Desvalida, Colegio Chuquicamata, Centro de Desarrollo Familiar Chuquicamata, FEDEMU-PROVISA, ANSCO, Cobreloa, los sindicatos de trabajadores de la División y la Asociación de Tenis son algunas de las instituciones que se dieron cita en este tradicional recinto cultural, que estará abierto al público durante toda la semana.