Arriba: Taller recuperación Memoria Sewell. Abajo: Felipe Ravinet y Nivia Palma.

El último de seis talleres de Recuperación de la Memoria se realizó ayer, 29 de noviembre, en la sala Ercilla de la Biblioteca Nacional de Santiago, como fase final del ciclo que se inició en marzo en Sewell.

Los Talleres de Recuperación de la Memoria son organizados por Codelco División El Teniente y la Biblioteca Nacional, en una iniciativa inédita por conservar uno de los patrimonios más importantes de Sewell: su memoria histórica, revivida a través de los relatos de sus protagonistas.

En total, estos eventos convocaron a más de 80 sewellinos que se reunieron en distintos talleres en Sewell, Valparaíso, Rancagua, Machalí, Graneros y Santiago, con temáticas que han recordado momentos en torno a la cocina, la vida familiar, la salud, el amor o la educación. Este último taller tuvo como tema principal el trabajo y sus diferentes variantes en el ex campamento.

El sexto Taller estuvo especialmente dirigido a todos los sewellinos que hoy viven en Santiago y que dejaron recuerdos y experiencias inolvidables en Sewell. El cierre de los talleres estuvo a cargo de Felipe Ravinet, jefe del Proyecto Sewell en Codelco; y Nivia Palma, directora de Bibliotecas, Archivos y Museos.

Al saludar a los participantes Nivia Palma agradeció su presencia y destacó la importancia de poder contar con su testimonio que es “el Patrimonio inmaterial de Sewell, queremos dejar registrada la memoria en sus voces y emociones que quedarán en nuestros archivos para quienes busquen las razones por las que Sewell fue declarado Patrimonio de la Humanidad”.

Los participantes

Entre los asistentes al Sexto Taller de Recuperación de la Memoria se produjo un reencuentro entre amigos y vecinos de Sewell que hacía un tiempo que no se veían, como fue el caso del matrimonio formado por Corina Cabezas y Adrián Beltrán quienes se conocieron mientras ambos trabajaban en la ciudad de las escaleras: ella como enfermera del Hospital y él como parte del Departamento de Ingeniería.

“Como que se revivió aquello tan bonito que somos como una familia, que nos vemos, no reconocemos y es como si nunca nos hubiéramos separado, entonces es súper bonito encontrarse con gente que yo no veía hace 20 ó 30 años, con hijos de médicos con los que yo trabajé, que entonces tenían 4ó 5 años y hoy verlos convertidos en hombres es súper emocionante, lindo”, dijo Corina.

Por su parte, su esposo señaló que “Sewell marcó gran parte de mi vida, sólo lo conocía por fotos mientras estudiaba y llegar a trabajar allá fue como un premio del cielo, que me permitió conocer a mucha gente, los mejores amigos que tengo son de Sewell. También conocí a mi señora y después de conocer varios hogares, me quedé en el de enfermeras finalmente”.

Sewell, una historia que recién comienza

Durante 2005, El Teniente junto con el Consejo de Monumentos Nacionales elaboraron el Plan de Manejo del Campamento Sewell 2006 - 2010, instrumento esencial para la adecuada gestión y conservación del campamento, que establece pautas, objetivos, metas y condiciones para su adecuada administración y puesta en valor.

La decisión sobre la inscripción del Campamento Sewell en la Lista del Patrimonio Mundial se tomó en la 30ª Reunión Ordinaria del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, el 13 de julio pasado, en Lituania donde finalmente Sewell fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco.