En este contexto Juan Villarzú, Presidente Ejecutivo de Codelco, realizó ayer una exposición denominada Tendencias en la Industrias del Cobre, en ella realizó un recorrido por las perspectivas que tiene el mayor productor de cobre del mundo sobre los actuales precios internacionales del metal rojo y dio las razones de por qué en esta misma cita, el año anterior, ninguno de los allí presentes habían sido capaces de adelantar el gran aumento de la demanda china: una ceguera que se habría explicado porque el gigante asiático basa su crecimiento en inversión interna, la que llega al año a 500 billones de dólares, en comparación a la inversión extranjera que no supera los 50 billones de la misma moneda.

Este modelo de crecimiento económico hacia adentro habría puesto una cortina sobre lo que se venía este año: un escenario que, según Villarzú, debe alertar a la industria mundial para que se produzcan los dos millones de toneladas adicionales que China necesitará en 2010. Ello sin sumar a la India, un país que ya tiene todos sus motores afinados.

A pesar de la fuerte demanda que se viene Juan Villarzú explicó que los precios actuales “no son sostenibles en el largo plazo. Si éste fuera el precio, gatillaría una sustitución de este mineral y, lo que es peor, provocaría que muchos operadores que son ineficientes entren al mercado’’, señaló el máximo ejecutivo de Codelco.

Villarzú recalcó los excedentes históricos por US$3.301 millones que obtuvo Codelco en el 2004 e hizo mención a las reservas de 131 millones de toneladas de cobre fino con que cuenta la Corporación. En esa línea, se afinan detalles para iniciar nuevas expansiones en sus actuales minas y se busca apurar los estudios para iniciar la construcción de nuevas operaciones como Alejandro Hales (ex Mansa Mina) y Gaby. Además, busca acelerar un aumento sustancial en su producción, desde sus actuales 1,8 millones de toneladas de cobre anuales a unos 2,5 millones de toneladas hacia el 2010.

Sin embargo, el ejecutivo advirtió que la principal dificultad para lograr estos proyectos radica en las restricciones de financiamiento, ya que se prevén inversiones por unos 2.000 millones de dólares anuales por los próximos cinco años: Tenemos que buscar formas alternativas de financiamiento, encontrar socios para financiar plantas. Ahí no tenemos restricciones legales”, concluyó.