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María Carrasco, operadora Rajo Sewell: “Siempre a las mujeres nos asocian a los casinos o aseo y yo les digo no, yo manejo camiones”

Cuando tenía 28 años, María Carrasco llegó a El Teniente. “Uno siempre escucha de la División y de Codelco, pero en mi caso lo sentía como algo muy lejano”, confiesa.

Y es que, a pesar de llevar doce años como operadora de camiones en el Rajo Sewell, hay momentos en que María aún se detiene a pensar. “A veces todavía me pregunto dónde estoy, cómo llegué tan lejos”, afirma. 

¿De qué se trata tu trabajo?

Cargo mineral y lo transporto para que llegue a la Planta de Chancado Sewell, donde se procesa para obtener el cobre. En el camión tenemos una pantalla que indica dónde debemos ir, a qué cargador y si debo ir hacia el chancado o al botadero, que es donde tiramos estéril, que es el material que no sirve. 

¿Cómo llegaste a El Teniente?

Postulé a un programa que se llama Mujer Minera, del SENCE, pero como operadora de jumbo (equipo perforador). Fuimos las pioneras de la región y Codelco nos dio la oportunidad para postular a la empresa. Éramos 20 y quedamos 12. 

Esa vez estaba buscando trabajo, porque tengo dos hijos y la situación estaba difícil. Postulé pensando en que no iba a quedar, no tenía mucha fe. Era 2012 y compraba insumos para hacer helados y los vendía en mi casa, cuando me llamaron para decirme que había quedado y que me presentara al día siguiente. No lo podía creer, estaba feliz.

Antes de eso trabajé en un packing, como seleccionadora de frutas. Entonces cuando llegué aquí era todo nuevo. Me gusta lo que hago, me subo al camión y me olvido de todo, soy feliz aquí. Mi camión es como mi mundo, me encanta.  

¿Qué significa para ti ser una mujer en la faena minera?
A veces me preguntan dónde trabajo y digo “para allá arriba” y me responden “ah en la cocina, en los casinos”. Siempre a las mujeres las asimilan a la cocina o al aseo y yo les digo no, yo manejo camiones. 

A pesar de los años que llevo aquí, todavía me pasa que a veces me detengo y pienso ¿dónde estoy? ¿cómo llegué tan lejos? Creo que con perseverancia, se puede y a mis hijos les enseño lo mismo. Por eso también a las mujeres les digo que si tienen la oportunidad, la tomen. Si tienen que hacerlo cien veces, que lo hagan, que luchen, porque se puede y nunca hay que dejar de soñar. 

¿Qué te han dicho tus hijos al ver a su mamá minera?

Les he explicado mi trabajo, al mayor incluso le enseñé sobre el camión. Están muy felices, le cuentan a todos sus compañeros que estoy acá, muestran fotos, yo les hago videos también para que vean. Están muy contentos. Incluso una vez vinieron mis hermanos a ver lo que hacía y quedaron encantados. 

¿Qué sientes que le ha entregado El Teniente a tu vida?

Me cambió la vida, porque he podido sacar a mis hijos adelante y mi meta es que sean profesionales. Vivo con mis papás, que son de la tercera edad y también he podido ayudarlos. 

¿Qué mensaje de seguridad le entregarías a tus compañeros y compañeras?

Siempre he dicho que, si no se sienten capaces, no hagan algo. Si ven que un compañero está haciendo algo mal, decírselo. Porque a todos en la casa nos esperan y sería terrible que un día alguien no llegara de vuelta. Por eso, si no se sienten capaces, no arriesguen, aquí no hay superhéroes y tenemos que cuidarnos. Hay que saber levantar la mano y decir no puedo, porque nadie los va a juzgar, al contrario. 

¿Qué significa para ti trabajar en una empresa como Codelco, que entrega sus excedentes a todos los chilenos y chilenas?

Me siento orgullosa. A veces incluso los chicos dicen acá “ya, vamos a trabajar que hay que ayudar a construir un colegio” y es bonito eso, ser un aporte al país, a la gente y ojalá podamos seguir haciéndolo por mucho tiempo más.