Operaciones

“Le he dado todo a El Teniente y El Teniente me lo ha dado todo”

En 1978, Manuel Villagra, instructor de karate, dio su mejor golpe. “Tenía una academia y me iba bien, pero decidí tomar el mismo camino que mi abuelo, mi papá y mi hermano, que fueron mineros, y postulé a Codelco. Y fue lo mejor que pude haber hecho en la vida. Le he dado todo a El Teniente y El Teniente también me lo dio todo”, cuenta este sewellino de nacimiento y analista de la unidad de gestión de Riesgo de la gerencia de Plantas, y con 45 años en la empresa.

¿Cómo fueron sus inicios en la División?

El primer día me pasaron una pala, un rastrillo y una escoba y ahí comenzó mi futuro. Mi mamá siempre me decía: haz el trabajo bien, haz el trabajo a la primera. Siempre trabajé con la seguridad como prioridad y por eso nunca me machuqué ni un dedo. Estuve en la operación, en mantención, fui gruero, huinchero, pañolero, y ahora estoy a cargo del centro de acopio de mi gerencia y de las acreditaciones de los trabajadores de empresas colaboradoras.

¿Qué aprendizaje le deja tantos años en El Teniente?

Todos los días se aprende algo en Codelco. Acá uno ve referentes de quienes rescatar conocimiento. Hay buenos ejecutivos, buenos profesionales y buenos trabajadores y eso aporta al desarrollo personal y a hacer una buena pega.

¿Y qué cambios le han impresionado en su trayectoria?

Me tiene gratamente sorprendido la integración de la mujer. Cuando llegué era una rareza encontrar mujeres trabajando en minería. Hoy, veo a muchas y muy bien preparadas. Son minuciosas, detallistas y un gran aporte a los equipos de trabajo.

¿Cómo transmite su experiencia a los más jóvenes?

Siempre les digo que la seguridad es lo más importante en El Teniente. Uno debe volver a casa tal como salió, sano. Cuidarse siempre y trabajar con gusto. Eso es fundamental. Acá uno tiene que dar, pero recibe mucho. Y si uno se cuida, la familia lo agradece.

¿La familia qué dice de su trabajo?

Están orgullosas. Mi esposa siempre ha sido un pilar y se lo agradezco. Uno sueña con crear una familia y lo pudimos hacer juntos. Gracias a este trabajo, mis dos hijas estudiaron y hoy una es ingeniero civil y la otra es ingeniero comercial y se desempeñan en puestos ejecutivos de importantes empresas.  Aprovecharon también las becas de estudio. Verlas realizadas profesionalmente, nos da una tranquilidad muy grande como padres. Por eso soy un agradecido de Codelco.

¿Qué le gustaría destacar de estos 118 años de la división? 

Quiero que todos y todas sepan que El Teniente es una empresa de clase mundial. Vi su evolución desde chico, cuando era un niño en Sewell. Y ese crecimiento se debe en gran parte a sus trabajadores y trabajadoras. A ellos quiero felicitar porque desempeñarse en esta empresa es un privilegio.  Y, a los más jóvenes, me gustaría decirles que cuiden a Codelco, porque esta empresa  no solo es importante para ellos, sino que para todos los chilenos y chilenas.