“Nunca quise ser minero”, confiesa Julio Gallardo. Y es que cuando solo tenía 10 años, vio cómo su padre llegó a casa luego de un accidente en una faena minera en el norte del país. “Para mí fue difícil, verlo en el hospital y después en la casa. Ahí dije que yo no iba a trabajar en eso”.
Pero con el paso de los años, la situación fue cambiando y hoy, Julio se desempeña como jefe de Turno de Mantención y Reparación en el Sub 6, en Codelco División El Teniente.
¿Qué te llevó a cambiar de opinión?
Quería un desafío. Tenía un buen trabajo, en una empresa de alimentación y un amigo me dijo que estaban abiertas las postulaciones. Así que cambié los pollos y las carnes por la minería. Yo tenía proyectos que quería cumplir e igual lo hable con mi papá y me dijo ‘dale nomás, lo que a mí me pasó es una enseñanza para ti también’. Luego tuve la entrevista y al mes después me llamaron.
¿Cuál fue tu primer trabajo en la división?
Lo primero que me tocó hacer, cuando llegué hace 15 años, fue perforación y tronadura. Ahí conocí viejos que llevaban mucho tiempo y aprendí. Estuve ocho meses más o menos. Y esas son las vueltas de la vida, porque mi papá hacía algo similar cuando tuvo su accidente y cayó en un pique, trabajaba en tronaduras. Para mí, fue increíble ver lo aguerridos que eran los trabajadores, nunca pensé que se pudiera hacer algo así al interior de la montaña.
Y hoy, ¿de qué se trata tu trabajo?
En estos momentos, estoy reemplazando al jefe de Turno de la Mantención y Reparación, porque yo estaba en Perforación y Tronadura, pero luego del evento sísmico los equipos se reconvirtieron y hoy estoy acá.
Tengo una cuadrilla a cargo con la que planificamos el trabajo día a día y de la semana, somos ocho personas, que realizamos reparaciones ya sea en las calles, cañerías, limpieza, carpetas. Ocupamos máquinas y herramientas, manipuladores telescópicos, galleteros, soldaduras, oxicorte.
¿Qué es lo más desafiante de tu trabajo?
Terminar bien las tareas y el turno. Que todos salgamos bien de la mina y para eso debemos cuidarnos, respetar todos los protocolos, analizar bien los riesgos del trabajo y contar con una buena planificación, seguir los instructivos. No podemos pretender ser héroes.
¿Cómo han sido tus 15 años en El Teniente? ¿Estás contento de la decisión que tomaste de ingresar a la minería?
Sí, por supuesto. Se conoce gente muy buena aquí, se hace de buenos amigos. Hay muy buenas personas y también el trabajo me ha dado estabilidad. En estos años también he visto muchos cambios, sobre todo en temas de seguridad, hay una gran preocupación por cuidar a las personas.
¿Qué te dice tu familia de que estes trabajando aquí?
Mis dos hijos se sienten orgullosos. Y mi papá, que falleció un par de años atrás, me contaba sus historias de minería y yo le contaba las mías, entonces eso era bonito.
¿Qué significa para ti trabajar en Codelco, empresa que entrega sus excedentes a todos los chilenos y chilenas?
Es un orgullo, porque siento que soy un aporte al país, a las personas, a las familias, a mucha gente. Sé que en lo que Codelco entrega, hay algo de mí