División Salvador
Las operaciones mineras de El Salvador se iniciaron en 1959, con el desarrollo de minería subterránea y la posterior incorporación de minería a rajo abierto.
La explotación del yacimiento ha incluido minerales sulfurados y minerales oxidados de cobre, los cuales se han procesado mediante flotación convencional y lixiviación, respectivamente, incluyendo etapas de extracción por solventes (SX) y electro-obtención (EW) posteriores a la lixiviación.
Actualmente se procesa un promedio de 32 mil toneladas por día (ktpd) de mineral sulfurado cuyo relave se conduce a través de una canaleta existente hasta el depósito de relaves Pampa Austral, obra actualmente en operación, y otras 15 mil toneladas por día (ktpd) de mineral oxidado.
Los concentrados de cobre y molibdeno se envían a la Fundición Potrerillos o se embarcan en el Puerto Barquito, mientras que los cátodos de cobre se exportan a través de este mismo puerto.
Los planes mineros vigentes proyectaban el término de las operaciones mineras de extracción a rajo abierto a fines de 2023 y de la minería subterránea durante 2022.
Sin embargo, los trabajos geológicos y los estudios de alternativas de explotación minera permitieron proyectar una significativa extensión de la vida útil de la División El Salvador, mediante el desarrollo de un rajo abierto en el cuerpo mineralizado que históricamente se ha explotado en forma subterránea. Se estima que mediante este tipo de explotación se podrían extraer y beneficiar aproximadamente 561 millones de toneladas (Mton) de mineral sulfurado y aproximadamente 297 Mton de mineral oxidado.
En este contexto, se definió realizar el proyecto estructural de Codelco Rajo Inca, que considera explotar y procesar dichos minerales en las instalaciones ya existentes, las que serán modificadas para optimizar e incrementar tanto la tasa de procesamiento como la producción de cobre fino.
Asimismo, el proyecto considera procesar una tasa máxima de 37 mil toneladas por día (ktpd) de mineral sulfurado y 30 ktpd de mineral oxidado, lo que permitiría aumentar la producción de concentrado de cobre a un promedio de 245 kton/año (máximo 370 kton/año) y la de cátodos a un promedio de 25 mil de toneladas de cobre fino (ktCuf/año).
De acuerdo al plan minero para el proyecto Rajo Inca, y considerando las tasas de explotación máxima mencionadas, se estima una vida útil de aproximadamente 43 años en su fase de operación.
El proyecto Rajo Inca fue aprobado mediante la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) N° 019/2020 en febrero del año 2020, por parte de la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región de Atacama.
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