Los tres primeros lugares de las exportaciones chilenas corresponden al cobre, el molibdeno y los salmones. En efecto, Chile es el segundo productor mundial de salmones, después de Noruega y las exportaciones de esta industria superan los 2.000 millones de dólares al año.

En los últimos años, la industria del cobre, en general, y Codelco, en particular, han estado estudiando y promoviendo un desarrollo tecnológico innovador que plantea un nuevo nicho de aplicación para el cobre y presenta una oportunidad de mejora económica y ambiental para las salmoneras. Se trata de las jaulas de cobre para salmonicultura.

Esta industria se desarrolla en aguas del sur del país, con una tecnología basada en la crianza de los peces en enormes jaulas sumergidas, hechas de un polímero plástico, recubierto con una pintura especial para reducir el crecimiento y asentamiento de algas e invertebrados marinos. Este fenómeno de incrustaciones (fouling) tiene importantes impactos negativos en la industria, ya que reduce la oxigenación de las aguas y promueve la proliferación de agentes patógenos, además de exigir una importante cantidad de recursos humanos para las labores de limpieza. Se estima que la industria salmonera nacional gastó en 2007 más de 100 millones de dólares sólo en actividades de mantención de jaulas. Adicionalmente, su mantención implica la liberación de las pinturas anti-fouling al agua y la consecuente contaminación de éstas.

Respecto de este problema, las jaulas de cobre ofrecen claras ventajas sobre la alternativa convencional. El metal rojo repele la formación de incrustaciones. El contraste es impactante, pues mientras las redes de cobre se mantienen despejadas, las de plástico prácticamente desaparecen bajo una masa de algas y moluscos. Además, la mantención de las jaulas de cobre no requiere liberar contaminantes al medio.

Como el cobre y sus aleaciones tienen propiedades bactericidas, estas jaulas reducen las patologías que afectan a los peces. Esto tiene un impacto ambiental muy positivo, pues reduce el uso de antibióticos para combatir enfermedades, el que está muy regulado y constituye una barrera de acceso a los mercados.

Otro problema histórico de los cultivos de salmones es la destrucción de las jaulas de plástico por lobos marinos, lo que no sólo causa pérdidas económicas sino también un impacto ecológico al liberar peces exóticos agresivos que pueden impactar la biodiversidad nativa. En este aspecto, las jaulas de cobre ofrecen ventajas notables sobre sus alternativas, ya que son mucho más resistentes.

Las jaulas de cobre han sido probadas en Japón y Australia. En Chile las pruebas en terreno se iniciarán en 2008, usando una aleación desarrollada en Japón.

EL PROYECTO DE JAULAS PARA SALMONICULTURA SUMA LOS ESFUERZOS DE DOS INDUSTRIAS LÍDERES EN LA ECONOMÍA NACIONAL: EL COBRE Y LA SALMONICULTURA, MÁS EL APORTE DE LAS UNIVERSIDADES CHILENAS Y EL ESTADO, PARA POTENCIAR AMBAS EN UN CONTEXTO DE MAYOR SUSTENTABILIDAD.