Pionera en la presencia femenina en la Fundición, llegó en 1974 como ingeniera civil química y durante 30 años se destacó profesionalmente en un mundo que hasta ese momento era exclusivamente masculino. Hoy transmite su experiencia a las nuevas caletoninas.
En febrero de 1974 y recién titulada como ingeniera civil química de la Universidad Técnica Federico Santa María, Edith Torres dejó Valparaíso y llegó a El Teniente para hacer historia: ser la mujer que se convertiría en la primera supervisora de la Fundición de Caletones.
El 8 de marzo de 2023, 49 años después, Edith regresó al mismo lugar donde se desempeñó hasta 2004, para compartir su experiencia y dialogar con medio centenar de operadoras, mantenedoras y profesionales, en el Día Internacional de la Mujer.
“Era la primera mujer y fue difícil porque al comienzo viví situaciones que sentía no se trataba con equidad, pero a medida que fui entregando mi trabajo se superaron esas vallas. Lo mismo con la infraestructura (al comienzo no había camarín), la ropa de trabajo era de hombre y para qué decir el calzado, que no estaba preparado para mujeres. Lo más importante es que tuve jefes que me potenciaron y pude ejercer mi liderazgo”, recuerda Edith, experta en metalurgia, que se ganó entre sus colegas el apodo de “la mami” por su trato firme y cariñoso.
Estuvo 30 años en la Fundición, se retiró como jefa de refinados, y en ese tiempo se casó con un minero y tuvo hijos. Como madre y fundidora, transmitió a la nueva generación de caletoninas la clave para desarrollar una carrera laboral impecable: “Chiquillas, hay que entregarse con pasión al trabajo. Tienen acá un campo inmenso para desarrollar sus habilidades, perfeccionarse, estudiar. Está en ustedes aportar para hacer de acá un lugar grato para trabajar y también ser eficientes para cumplir con las metas productivas”, planteó.
Consolidar la presencia femenina
Para Edith, el trabajo en equipo es fundamental. “Uno no hace nada sola. Hay que trabajar todos y todas unidos y con un objetivo común. Las brechas se han acortado y las condiciones de equidad que he visto, dan el contexto y las herramientas para que la presencia femenina se consolide cada día más”.
Las nuevas generaciones de fundidoras escucharon atentamente a Edith y rescataron el valor que aporta la mujer en la minería. Alejandra Garay, operadora de Fusión Conversión, aseguró que “desarrollarme laboralmente en la Fundición ha sido una experiencia muy linda. Día a día aprendo algo nuevo y agradezco la acogida que nos han dado los compañeros. Para mí es un orgullo trabajar en la minería”.
“Llegué acá por el Programa de Aprendices y cada día me encanto más con la minería. Me fascina este mundo, lo que voy aprendiendo, las oportunidades que se me brindan y se han abierto muchas puertas. Hay que ser perseverante y abrirse paso con carácter. Y la historia de Edith es un ejemplo que nos motiva”, contó Paulina Rojas, operadora Planta de Tratamiento de Escoria.