Una delegación de Codelco conoció de cerca el desarrollo de una batería térmica experimental que utiliza escoria de cobre como medio de almacenamiento de calor. Esta innovadora tecnología denominada “CupraTherm” permite aprovechar las excelentes propiedades térmicas de la escoria de cobre, actualmente considerada un residuo minero.

Así lo comentó la Gerenta de Sustentabilidad y Asuntos Externos de Codelco Ventanas, Marcela Pantoja, quien integró la comitiva junto a profesionales de las gerencias corporativas de Innovación y de Acción de Climática y representantes de las Divisiones Ventanas y El Teniente. La delegación visitó recientemente las instalaciones del Departamento de Ingeniería Mecánica y Metalúrgica de la Pontificia Universidad Católica de Chile donde se desarrolla la iniciativa, la cual aún se encuentra en fase de investigación.

CupraTherm es una iniciativa financiada por un proyecto FONDEF de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). La tecnología está constituida por un equipo de almacenamiento de energía que puede capturar y reutilizar el calor residual de procesos industriales, o bien, transformar energía eléctrica en calor, mejorando la eficiencia térmica y permitiendo un uso racional y sostenido de los excedentes de energía.

“Además, ofrece una nueva e innovadora alternativa para la reutilización de escoria de cobre, material que actualmente está calificado como residuo minero masivo, y que por ende se convierte en un pasivo ambiental que actualmente acumulamos sin poder aprovecharlo”, indicó Pantoja.

En la delegación participó también Álvaro Pacheco, jefe de suministros de División Ventanas quien valoró los esfuerzos por evaluar nuevos usos para la escoria, distintos a los ya conocidos, como es el de estabilizador o sustrato para caminos. “Es un proyecto con alto potencial para dar un impulso a nivel industrial y que también viene a cambiarle la cara al uso de la escoria como un elemento de conservación de energía, donde contiene el calor y no produce ningún tipo de emisión”.

José Miguel Cardemil, investigador principal y coordinador del proyecto, agregó por su parte que “en las fundiciones, por cada tonelada de cobre fundido, se producen 2.2 toneladas de escoria. En otras palabras, por cada fundición se produce más escoria que cobre. Por lo tanto, se busca valorizar y darle uso a este residuo minero que constituye un pasivo ambiental de las fundiciones”.

Cardemil explicó que actualmente están enfocados en validar su desempeño en entornos industriales reales, “lo cual permitirá una evaluación precisa de su efectividad y potencial de implementación a gran escala”.

Tras el encuentro, se acordó el envío de muestras escoria de cobre para continuar con las pruebas y la realización de una visita a Codelco Ventanas para evaluar la factibilidad de un piloto con esta tecnología aplicado a procesos propios de la División.