Oriundo de Cabildo, Cristian Segura trabajaba en la pequeña y mediana minería en aquella comuna, en la región de Valparaíso. “Había visto algunas convocatorias, pero, la verdad, no postulaba porque no quería salir de mi ciudad, de mi casa”, confiesa. Hasta que un día, motivado por mejores oportunidades y desarrollo, decidió postular a Codelco División El Teniente. Hoy, catorce años después, se desempeña como operador experto de Perforación y Tronadura, en la mina Esmeralda.
¿De qué se trata tu trabajo?
Formo parte de una cuadrilla de servicios en “PyT”, que es Perforación y Tronadura. Vemos temas como la energía para los equipos de perforación, el agua que necesitan para operar y elementos de seguridad, para que los operadores que llegan a la postura no tengan problemas en sus áreas de trabajo.
Nos preocupamos de tener las extensiones eléctricas y hacemos, además, los tapados de seguridad, que son perforaciones en medio de la postura, para la posterior tronadura. También botamos las piedras o material suelto. Somos el equipo de avanzada para que después los operadores puedan ingresar al lugar trabajar.
Semana a semana revisamos qué hacer y cuáles son las prioridades. Es bien dinámico, puede que las tareas incluso cambien durante el día.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Que es dinámico, porque no siempre hacemos lo mismo. No hay cómo aburrirse aquí, porque siempre tenemos cosas distintas que hacer, eso es lo entretenido.
¿Cómo llegaste a El Teniente?
Soy de Cabildo, región de Valparaíso, trabajaba en una minera pequeña allá y salí de un colegio técnico.
Llevaba nueve años trabajando, con otro método de explotación y, la verdad, no había querido mandar currículum, no quería salir de mi casa. No conocía Rancagua, nunca había venido para acá. Finalmente decidí venirme porque las oportunidades aquí son diferentes. Saltar de la mediana a la gran minería es importante y permite lograr los proyectos, familiares y personales. Se puede lograr cosas maravillosas, crecí no solo en temas materiales, como lograr tener nuestra casa, sino también dar estudios a mis hijos. Salí de un pueblo pequeño y estar acá me cambió la vida.
Siento la tranquilidad también para hacer cosas con mi familia, estar tiempo con ellos, irnos un fin de semana al cerro, salir a caminar. Antes no tenía esa mirada, ahora veo una vida familiar más bonita.
Y tu integración a los equipos de trabajo, ¿cómo fue?
He conocido mucha gente. Somos tantas las personas que trabajamos en el mismo lugar que se crean lazos bien importantes con las personas. Con mi cuadrilla ya son unos ocho años trabajando juntos. No somos amigos de carrete y son pocas las veces que salimos juntos, pero sí hay una lealtad muy grande, se forma ese contacto de hermanos perdidos acá. Eso ha sido bien bonito.
¿Qué mensaje de seguridad te gustaría entregar a todos los trabajadores?
Que la seguridad siempre la hacemos nosotros. En el momento en que podamos caer en una desviación, pensemos en nuestras familias, en que alguien está preocupado por nosotros. Y también pensar qué pasaría si nosotros no llegáramos ¿Qué sería de la familia? ¿Qué sería de los hijos?
Estamos expuestos a muchos riesgos, sí. Pero los podemos controlar, debemos estar siempre atentos, decirle al compañero si no está haciendo algo bien, que paremos, miremos y hagamos las cosas bien.
¿Qué significa para ti trabajar en Codelco, empresa que entrega sus excedentes a todos los chilenos y chilenas?
Me siento orgulloso de lo que hago, porque es un proceso importante para la extracción y que no lo hace cualquiera. Me hace feliz cuando dan a conocer los números y sabemos cuántos excedentes logramos para Chile, porque lo hacemos con mucho esfuerzo. Es difícil, pero el fin es maravilloso y se siente fantástico.