Tras 100 años de explotación a rajo abierto, la emblemática mina de Chuquicamata se transformará en subterránea a partir del 2019. Para ello se requiere construir nada menos que 1.021 kilómetros de desarrollos horizontales y verticales, entre túneles de diversa dimensión, piques y chimeneas de ventilación.
La mayor parte del presupuesto del proyecto (más del 40%) está destinado a este ítem, específicamente a los túneles de acceso y de transporte de mineral, que son parte de las Obras Tempranas, cuyo inicio acaba de aprobar el Directorio de Codelco. Estas obras son indispensables para iniciar posteriormente la construcción de la nueva mina subterránea.
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