Con un enfoque comunitario, el Comité de Ayuda Santa María está integrado por esposas de ejecutivos, directivos y supervisores de El Teniente. A través de su clínica dental, se ha dedicado a brindar atención gratuita a personas en situación de vulnerabilidad.
Gracias al esfuerzo de las socias del Comité Santa María y a los dentistas voluntarios de la región, la clínica dental ubicada en el Estadio El Teniente, en Rancagua, ha alcanzado más de 800 atenciones gratuitas. Este logro representa un retorno a los niveles de atención previos a la pandemia y refleja un firme compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad.
El Comité de Ayuda Santa María, compuesto por esposas de ejecutivos, directivos y supervisores de El Teniente, acumula, a través de la clínica que impulsa, más de 20 años de servicio en atención dental gratuita. Desde entonces, la dedicación de las socias del Comité y el compromiso de dentistas voluntarios resultan esenciales para alcanzar este importante número de atenciones.
Esonka Alfonso, presidenta del comité, sostuvo que “estamos felices, porque llevamos más de 800 atenciones gratuitas este año. Conseguimos grandes avances, gracias a los voluntarios que entregan un día al mes de su tiempo. Sin el apoyo, la colaboración y el voluntariado que ellos hacen, no podríamos cumplir esta labor”.
Francisco Allan, supervisor de Desarrollo Comunitario de El Teniente, planteó que “su presencia ha sido fundamental para brindar salud bucal a quienes más lo necesitan. Sin duda, ha generado un aporte concreto y significativo a nuestras comunidades. Agradecemos el constante trabajo y perseverancia, así como el compromiso y disposición de su equipo de voluntarios, que ha permitido que este servicio se materialice de manera efectiva”.
Trabajo voluntario
La Clínica Dental del Comité Santa María inició su labor en la localidad precordillerana de Chacayes. Unos años después, se trasladó a Coya, donde tres dentistas voluntarios comenzaron a atender a personas de escasos recursos. En paralelo, las socias del Comité gestionaban recursos, insumos y la agenda de pacientes.
Con el paso de los años, el equipo creció y algunas voluntarias como la odontóloga Lilian Zúñiga llevan más de dos décadas entregando atenciones de forma gratuita. “La odontología es cara, atendemos a personas que realmente lo necesitan. Cuando rehabilitas a un paciente y lo ves llorar de emoción, eso realmente te llega al alma. Es un cambio de vida para ellos y eso me motiva a seguir como voluntaria”, señaló.
“Recibimos niños y adultos que necesitan corrección en bases óseas. Para mí, este espacio es una oportunidad para entregar nuestro tiempo y trabajo”, agregó Santiago Araya, cirujano dentista, ortodoncista y especialista en ortopedia funcional de maxilares.
Francisca Herrera, odontóloga, relató que “ha sido una experiencia muy bonita porque acá se trabaja con niños de escasos recursos. Es súper enriquecedor porque tratamos de educarlos en salud oral, para que tengan una mejor calidad de vida en cuanto al tema de las enfermedades periodontales y dentales”.
Mientras que, Natalia Román, profesional de la clínica, agregó que “ser parte de la institución, ha sido súper bueno porque ayudamos a las personas. Eso es bastante importante porque ahí está nuestra vocación de profesional y de nosotros mismos en poder ayudar a la gente”.