Como un trabajo “100%” de terreno. Así define Bárbara Henríquez las labores que realiza día a día en la Planta de Extracción por Solventes (también conocida como Sx) en la División El Teniente.
Hoy operadora, Bárbara ingresó a la cuprífera como parte del programa Aprendices y, gracias a su constancia y esfuerzo, ya cumplió siete meses como trabajadora de planta.
¿De qué se trata tu trabajo?
Acá se recibe el agua que se ocupa en interior mina. La tratamos y se le extrae el cobre. También se reciben los polvos que llegan de la Fundición, a los que también se les realiza un tratamiento para extraerles el cobre. Todo eso que se recupera, llega a una planta que se llama “electrowinning”, donde se les adhiere el cobre a los cátodos para que queden listos para vender, con una concentración de 99.9% de cobre.
¿Qué labores realizas normalmente?
Mi día a día depende del turno. Verificamos que las bombas funcionen, que no haya filtraciones; recibimos el polvo para que el turno siguiente lo trate y haga el proceso que comenté antes; y si aún queda polvo por tratar, se termina en el turno de noche.
Aquí todo es 100% terreno, porque no es una planta automatizada, entonces las bombas, las válvulas, todo lo vemos en terreno.
¿Cómo llegaste a El Teniente?
Llegué al programa de Aprendices. Tenía una amiga en ese programa y la veía subir cosas a sus redes sociales, que estaba estudiando. Le pregunté qué estaba haciendo y me contó, me mandó una página para que postulara y con cero fe mandé mis datos. A los dos días me llamaron. Mandé documentos, pasé entrevistas y comenzaron los cursos.
¿Por qué decidiste postular?
Siempre me ha gustado la minería. Yo estudié prevención de riesgos pensando en llegar acá. Hice mi práctica en El Teniente, en el Patio Rancagua. Subí unas dos veces al área alta y me gustó.
Cuando postulé estaba trabajando en una empresa agrícola, llevaba muy poco, era mi primer trabajo como prevencionista, pero no era lo que yo quería. Entonces vi esto como una oportunidad laboral y para darle un buen futuro a mi hija.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Que aquí se trabaja al aire libre. Las otras plantas son más encerradas, con más polvo y ruido, aquí hay más naturaleza, es más rico trabajar aquí. Y los compañeros de trabajo hacen que den ganas de venir a trabajar, todos me recibieron muy bien.
En mi grupo somos cuatro personas, tres hombres y yo que soy la única mujer.
Mi grupo es maravilloso, no puedo hablar de los otros porque no he trabajado con ellos, pero creo que estoy con los mejores, me acogieron bien y me han enseñado todo como corresponde.
¿Qué significa para ti ser una mujer en minería?
Estar aquí es un orgullo para mí, porque siempre se decía que las mujeres no pueden trabajar en esto porque es muy pesado o difícil. Pero sí se puede, hay tareas para todos.
Y me siento como un aporte también, trabajar aquí es una oportunidad de crecer como persona, desarrollarse laboralmente y también para la familia. Lo más importante para mí es que mi hija tenga un buen futuro.
Me cambió la vida en todo sentido y sí, los turnos son pesados, pero todo tiene su recompensa.
¿Qué te dice tu familia de que estés trabajando aquí?
Mi pareja fue un apoyo fundamental, salimos adelante con su apoyo y también con el de mis papás, porque mi mamá cuida a mi hija. Cuando quedé en este trabajo, mi mamá lloró, se emocionó demasiado porque lo ve como algo estable para mí. Se emocionó mucho, era la más contenta. Además, mi abuelo trabajó en El Teniente por muchos años, así que estoy continuando el legado de la familia.